GALLO

Mat 26:34, 75


Gallo (gr. a·lé·ktor). El macho de las aves domésticas. Es de cresta roja y tarsos armados de espolones largos y agudos. La representación más antigua de un gallo que se ha encontrado en Palestina se ve en un sello de Jaazaní­as del perí­odo de Jeremí­as, descubierto en Tell 479 en-Natsbeh (fig 270). En el NT la palabra aparece sólo en el relato de la negación de Pedro, registrada por los 4 Evangelios (Mat 26:34; Mar 4:30; Luk 22:34; Joh 13:38; etc.). La 3ra velada o período de la noche, que precedí­a inmediatamente al amanecer, se llamaba “canto del gallo” (Mar 13:35). En el AT aparece sólo en Pro 30:31 (heb. 5ar5îr mothnayim; BJ, “el esbelto gallo”; RVR, “el ceñido de lomos”). Se desconoce el significado de la palabra heb., pero la LXX, la versión sirí­aca y los tárgumes la traducen por “gallo”. Otras versiones lo traducen por “estornino”, “caballo de guerra” o “galgo” (lebrel). Como los hebreos del 1er, milenio conocí­an estos animales, no se puede eliminar ninguno de la lista de posibilidades como traducción de la palabra heb., pero es imposible identificarlo definitivamente.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

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Latí­n gallus. Ave gallinácea doméstica, macho de la gallina. Tiene cresta carnosa roja en la cabeza, pico corto curvo, carúnculas rojas colgantes, plumaje vistoso y tarsos con espolones. Animal esbelto, Pr 30, 31; inteligente, Jb 38, 36. El g. anuncia el amanecer Mc 13, 35. Antes de que el g. cantara, Pedro negó por tres veces a Cristo, Mt 26, 34; 69-75; Mc 14, 30 y 72; Lc 22, 34 y 61; Jn 13, 38; 18, 27.

La solicitud de la gallina por sus polluelos se compara al amor maternal Mt 23, 37; Lc 13, 34-35.

Gamaliel, Dios ha hecho bien. Nombre de varón. 1. Hijo de Pedahsur, escogido por la tribu de Manasés para ayudar en el primer censo del pueblo de Israel, en el desierto del Sinaí­, Nm 1, 10; 2, 20; 7, 54; 10, 23. 2. G. I el Viejo , fariseo, descendiente y seguidor del fundador de la escuela liberal de interpretación de las Escrituras Hil.lel, opuesta a la de Shammai. G., llamado rabí­, mi maestro, y miembro del Sanedrí­n en tiempos de Jesús, fue el primero en recibir el tí­tulo de rabban, nuestro maestro. Su nombre aparece en los Hechos de los Apóstoles, como †œun doctor de la ley con prestigio ante todo el pueblo†, y, como el más importante representante de la corriente liberal judí­a, intervino ante el Sanedrí­n para que dejasen libres a los apóstoles, llevados presos por predicar el nombre de Jesús en Jerusalén, Hch 5, 34-40. Pablo, también fariseo, se enorgullece de haber sido instruido en la observancia de la Ley por G., Hch 22, 3.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Macho de la gallina. Dado que estaba bastante extendida la domesticación del pollo (Gallus domesticus), la figura vivaz del gallo llegó a ser una escena común. Se caracteriza por su plumaje de vivos colores, una larga cola de plumas arqueada sobre el lomo y una cresta carnosa y ondulante sobre la cabeza, con dos apéndices similares colgando debajo del pico y el cuello.

En las Escrituras Hebreas no se hace ninguna referencia directa al gallo, y en las Escrituras Griegas Cristianas solo se menciona su canto. (Véase Canto del Gallo.) Las alusiones más frecuentes tienen que ver con la profecí­a de Jesús de que Pedro le negarí­a tres veces, y que se cumplió la noche anterior a su muerte, hecho que registran los cuatro evangelios. (Mt 26:34, 74, 75; Mr 14:30, 72; Lu 22:34, 60, 61; Jn 13:38; 18:27.)

Aunque la Misná judí­a (Baba qamma 7:7) prohibí­a a los judí­os criar aves de corral debido a la probabilidad de quedar inmundos ceremonialmente, ciertas fuentes rabí­nicas indican que tanto los judí­os como los romanos las criaban. Cerca de Mizpá se encontró un sello de ónice con la figura de un gallo y la siguiente inscripción: †œPerteneciente a Jaazaní­as, siervo del rey†. Si, como algunos dicen, este Jaazaní­as (Jezaní­as) es el que se menciona en 2 Reyes 25:23 y Jeremí­as 40:8, serí­a un indicio de que en el siglo VII a. E.C. se criaban gallos en Palestina. También se ha encontrado la figura de un gallo en un fragmento de una olla desenterrada en la antigua Gabaón.

Jesucristo utilizó en sus ilustraciones tanto a la gallina con sus polluelos como el huevo, lo que muestra que su auditorio estaba familiarizado con las aves de corral. (Mt 23:37; Lu:11, 12; 13:34; véase Gallina.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Gallo, término quizás relacionado con una frase hebrea denotando la venida del alba. Se halla en los pasajes que tratan de la negación del Señor por parte de Pedro (Mat 26:34,74,75; Mc 14.30,68,72; Luc 22:34,60,61; Joh 13:38; 18.27). Nota: el término alektorofonia (de alektor, gallo; y fone, sonido), se usa del canto del gallo, también en relación con la negación de Pedro. Véase Canto.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

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