MILCOM

Milcom (heb. Milkôm, “su rey” o “el rey de ellos”). Dios de los amonitas (1Ki 11:5, 33; 2Ki 23:13; Sof. 1:5). Nada se sabe sobre este dios de fuentes extrabí­blicas, aunque el nombre aparece en sellos amonitas y en una inscripción de piedra del s IV a.C. encontrado en las excavaciones de la ciudadela de Amán. Además, un dios Mlkm se menciona en los textos de Ugarit. El término sencillamente significa “rey” (con la familiar terminación om), y pudo haber sido más bien un tí­tulo antes que un nombre (como ocurre con Baal, un tí­tulo que significa “señor”, “amo”, aplicado a muchos dioses locales de los cananeos). Algunos sugieren que en 1Ki 11:7 se deberí­a leer “Milcom” en vez de “Moloc”, suponiendo que la m final desapareció del nombre hebreo (vs 5, 33). Milenio. Término que no aparece en las Escrituras pero que proviene del lat. mille annus, y significa sencillamente “mil años” (gr. jí­lia ét’). El vocablo ha sido usado por la iglesia cristiana para indicar el perí­odo especí­fico de 1.000 años de Rev_20, donde aparece 6 veces esta expresión (vs 1-7). Cualquier definición o descripción del milenio debe estar basada en Rev_19 y 20, ya que éstos son los únicos capí­tulos en todas las Escrituras que se ocupan del tema. Además, una comprensión exacta de los hechos relacionados con este perí­odo de 1.000 años debe tomar en cuenta que estos 2 capí­tulos forman una narración continua; es decir, los acontecimientos presentados en el cp 20 siguen inmediatamente a los descriptos en el cp 19. Entre los comentadores hay considerable diferencia de opinión con respecto a este tema. Existen 3 escuelas principales de interpretación: premilenialista, postmilenialista y amilenialista (para una presentación de estos puntos de vista véase CBA 7: 899, 900). La secuencia de los sucesos es la siguiente: I. Eventos que preceden al mitenio. 1. Cristo viene por 2ª vez. En ví­vido lenguaje 788 simbólico, se describe a Cristo como un rey que cabalga sobre un caballo blanco para someter a sus enemigos y librar a sus fieles seguidores (19:11-16). 2. Los malvados, enemigos de Cristo, son destruidos. La bestia y el falso profeta son arrojados al lago de fuego (v 20) y el “remanente” (v 21 ) o “resto” de los malvados son muertos. Estos son los reyes, capitanes, fuertes y “todos, libres y esclavos, pequeños y grandes” (v 18). 3. Los justos muertos resucitan (Rev 20:4-6; cÆ’ 1Co 15:51, 52; 1Th 4:15, 16). Esta resurrección es llamada “la primera resurrección” (Rev 20:5). Los resucitados, junto con los justos que están vivos en ocasión de la venida, son trasladados “para recibir al Señor en el aire” (1Th 4:17).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

†¢Moloc.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

(de una raí­z que significa: †œrey†).
Debió ser otro nombre de Mólek, el dios de los ammonitas. Cuando el rey Salomón se apartó de la adoración verdadera en las postrimerí­as de su reinado, edificó lugares altos a Milcom y a otros dioses. (1Re 11:4, 5, 7, 33; 2Re 23:13; véase Mí“LEK.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

En esta forma ortográfica tenemos una distorsión (o forma alternativa) del nombre de la deidad nacional de los *amonitas. La raíz básica mlk permite la identificación de las tres formas bíblicas del nombre (milkōm, malkām, mōleḵ). En 1 R. 11.5 se dice que Salomón se casó con una princesa amonita y “siguió a … Milcom, ídolo abominable de los amonitas”. Josías derribó el lugar alto que Salomón había levantado para este dios (2 R. 23.13).

Sin embargo, es posible que en algunos pasajes del AT el término mōleḵ se refiera a un sacrificio, como en algunas inscripciones fenicias (púnicas) provenientes del N de África. Ciertos pasajes veterotestamentarios podrían interpretarse como si dijesen que hacían pasar niños por el fuego para (o, como) sacrificio mōleḵ. No obstante, en otros pasajes la referencia es a una deidad. (* Malcam; * Moloc )

Bibliografía. R. de Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento, 1985, pp. 528ss; id., Historia antigua de Israel, 1975, t(t). I, pp. 137ss; S. Moscati, Las antiguas civilizaciones semíticas, 1960, pp. 116ss; G. E. Wright, Arqueología bíblica, 1975, pp. 141ss.

W. F. Albright, Archaeology and the Religion of Israel, 1953, pp. 162–164; D. R. Ap-Thomas in POTT, pp. 271; R. de Vaux, Studies in Old Testament Sacrifice, 1964, pp. 52–90; A. R. W. Green, The Role of Human Sacrifice in the Ancient Near East, 1976.

J.A.T.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico