PERFECTO

Perfecto (heb. generalmente tâm o tâmîm, “completo”, “correcto”, “pací­fico”, “sano”, “saludable”, “perfecto”; gr. generalmente téleios, “completo”, “maduro”, “perfecto”, “completamente crecido”, “plenamente desarrollado”, “que alcanzó su propósito”; para “perfección” se usan el heb. shâlem y el gr. teleiót’s). En el AT, tâm significa algo completo, í­ntegro y sincero, pero siempre en sentido relativo cuando se aplica al hombre. Una persona con “corazón perfecto” era quien estaba completamente dedicada a Jehová (1Ki 8:61; 1Ch 12:38; Isa 38:3). Así­, Job fue llamado “perfecto” (Job 1:1, 8), a pesar de las debilidades que reveló más tarde ante la adversidad (40:2-5; 42:2-6), mostrando que su perfección era relativa y no absoluta. En forma similar, de Noé también se dice que fue “perfecto” (Gen 6:9) aunque más tarde sucumbió a la debilidad de la carne (9:21). La perfección fue el ideal que Dios puso delante de Abrahán (17:1). En la literatura griega extrabiblica se utiliza teléioi, “los perfectos” o “los maduros”, para señalar a las ví­ctimas de los sacrificios, o para los animales maduros, o para los seres humanos adultos, y también para los profesionales completamente adiestrados. En el NT, la “perfección” consiste esencialmente en la madurez frente a la inmadurez, así­ como los adultos difieren de los niños y los jóvenes. Una persona madura es quien ha alcanzado los lí­mites normales de estatura, fuerza y capacidad mental. Este concepto de madurez es claramente evidente en pasajes como 1Co 2:6; 14:20; Eph 4:13, 14; Phi 3:15; Heb 5:14 Pablo habla de sí­ mismo y de los cristianos como ya perfectos (1Co 2:6; Phi 3:15), pero casi al mismo tiempo muestra que la perfección es todaví­a un blanco que está por delante (v 12). El cristiano debe ser “perfecto” en su esfera limitada así­ como Dios es “perfecto” en su plenitud infinita (Mat 5:48). De ese modo, un hombre puede ser perfecto ante el Señor, pero hay nuevas alturas a las que deberá aspirar; en esta vida nunca alcanzará la perfección absoluta. Una persona cuyo corazón y vida están plenamente dedicados a la adoración a Dios y a su servicio -es decir, a la meta del crecimiento permanente en la gracia y en el conocimiento y la práctica de la verdad espiritual, y que ha obtenido una medida de experiencia al cooperar con el Espí­ritu Santo- ha alcanzado la perfección cristiana (Col 4:12; Jam 3:2). Ya no es un niño en Cristo, ocupado con los hechos y las prácticas rudimentarios de la religión (Heb 5:12-6:2). Un hombre perfecto a la vista de Dios es uno que ha alcanzado el grado de desarrollo que se espera de él en cualquier momento dado. Es un cristiano maduro completamente dedicado a Dios, y quien, aunque todaví­a tiene debilidades que vencer, sigue adelante, al blanco de la elevada vocación de Dios en Cristo Jesús (Phi 3:12-15). Perfumador. Preparador de perfumes o ungüentos e incienso. La palabra hebrea así­ traducida (raqqâj, “mezclador de perfumes [especias, aceites]”) deriva del verbo râqaj, “mezclar”, “componer”, “perfumar” (1Sa 8:13; etc.). Los perfumadores también preparaban hierbas medicinales y extractos para dar sabor. En 2Ch 16:14 se menciona que preparaban especias, aceites y ungüentos para embalsamar. Las artes médicas se desarrollaron desde muy antiguo; por eso se mencionan el trabajo y los ungüentos de los perfumadores desde temprano en el AT (Exo 30:25; 37:29; cf Ecc 11:1). Los “perfumeros” ayudaron a reconstruir el muro de Jerusalén (Neh 3:8). Perfume (heb. rîaj; gr. múron, árí‡ma). Ungüento, generalmente compuesto por aceite de oliva y especias dulces, resinas u otros elementos aromáticos, a menudo conservado en recipientes de alabastro (Mat 26:7). Los perfumes eran un lujo muy codiciado en Palestina, y a menudo muy costosos (vs 8, 9). Se los usaba como cosméticos (Rth 3:3; Ecc 9:8), como bálsamo medicinal (Jer 8:22; Rev 3:18), como medio para embalsamar un cuerpo para sepultarlo (Mar 14:8; Luk 23:56), y en relación con 923 los ritos de ungimiento y consagración del santuario (Exo 30:23-25, 31-3). La persona encargada de preparar ungüentos recibí­a el nombre de “perfumero”, “perfumador”* (Exo 30:35; 1Sa 8:13; Neh 3:8; RVR) o “perfumista” (DHH). Perfumero. Véase Perfumador. Perfumista. Véase Perfumador.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(hecho muy bien, completo acabado, terminado).

– Jesús nos dice que seamos “perfectos”, como el Padre celestial es perfecto”, Mat 5:48.

– La voluntad de Dios para nosotros es que seamos “santos”, “perfectos”, 1Te 4:3. así­ es que cuando te sientas decaí­do, o que no vales para nada, ¡todaví­a vales para ser “santo”!: – “Si quieres ser perfecto, ve, vende todo cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sí­gueme”, Mat 19:21, Mar 10:21. Estado de Perfección: Millones de cristianos viven los consejos de Cristo, de renunciar a todo el dinero, a la familia, y hasta a la propia voluntad, y viven es “Estado de Perfección”, con votos de “pobreza, castidad y obediencia”, según Mat 19:10-12, Mat 19:21, Luc 14:26, Luc 14:33.

Hoy dí­a hay 500.000 hombres y un millón de mujeres en la Iglesia Católica que viven así­ entregados por entero al Senor.

Si desea mas información, o vivir así­, vea “í“rdenes Religiosas”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

vet, Las principales palabras en el NT que reciben esta traducción son “teleioõ”, “teleios”, “pleno, completo, perfecto”. El Señor Jesús fue siempre moralmente perfecto, y sin embargo en las Escrituras se nos dice que El fue “perfeccionado”, por ejemplo, como “autor de la salvación”: antitipo de Josué, caudillo en los propósitos de Dios. Todo lo que tení­a relación con este oficio fue cumplido (He. 2:10). Aunque era Hijo, con todo aprendió obediencia (no “a ser obediente”) por lo que padeció; y habiendo sido “perfeccionado” (esto es, glorificado) después de haber llevado a cabo la obra de la redención, vino a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen (He. 5:9); éste puede ser el significado de las palabras “y al tercer dí­a soy perfeccionado” (Lc. 13:32, gr. literal; cfr. F. Lacueva: “Nuevo Testamento interlineal”, loc. cit., y la nota que da al pie). Los discí­pulos fueron exhortados a ser perfectos como su Padre en los cielos es perfecto, porque El da Sus bendiciones a malos y buenos (Mt. 5:48). Mediante una ofrenda Cristo ha perfeccionado para siempre a los santificados. Su obra los consagra al sacerdocio (He. 10:14; cfr. Col. 1:12 y 1 P. 2:9). El ser “perfecto” es aplicado también a llegar a “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13). Los espí­ritus de los justos son hechos perfectos (He. 12:23). Pablo no habí­a sido aún perfeccionado (Fil. 3:12), sin embargo, añade en el versí­culo 15: “así­ que todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos”. Son varias las aplicaciones del término que pueden ser deducidas del contexto de cada pasaje, pero en general se puede decir que hace referencia bien a la purificación de la conciencia, lo cual es indispensable para el servicio de Dios, o a la percepción de una norma verdadera (muertos y resucitados con Cristo) como una necesidad del testimonio para Cristo aquí­ en la tierra.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

A. Adjetivos taméí†m (µymiT; , 8549), “perfecto; sin mácula; sincero; entero; total; completo; cabal; lleno”. Los 91 casos del vocablo están esparcidos en toda la literatura bí­blica; 51 de estos se encuentran en pasajes que tienen que ver con ofrendas cúlticas. Taméí†m quiere decir “completo”, o sea, el estado de estar entero o de ser total: “Y del sacrificio de las ofrendas de paz, traerá una ofrenda encendida al Señor: el sebo, la cola entera, que cortará cerca del espinazo” (Lev 3:9 lba). El sol se detuvo por “un dí­a entero” cuando Josué peleaba con los gabaonitas (Jos 10:13). En Lev 23:15 Dios ordena siete sábados “completos” después de la fiesta de las primicias más cincuenta dí­as, entonces se ofrecerí­a la ofrenda de las primicias del grano. Cuando se vendí­a una casa ubicada dentro de una ciudad amurallada, la misma podí­a ser rescatada en el plazo de un año “completo”, o de otra manera, esta pasarí­a a pertenecer en perpetuidad al nuevo dueño y a sus descendientes (Lev 25:30). El término puede significar “intacto” o “í­ntegro”, no cortada en pedazos: “He aquí­ que cuando [la madera] estaba í­ntegra [“intacta” lba; “entera” rvr] no serví­a para hacer ningún objeto” (Eze 15:5 rva). Taméí†m puede significar incontestable o libre de objeciones. En Deu 32:4 el vocablo califica la obra de Dios: “El es la Roca, cuya obra es perfecta”. El pueblo de Dios debe rehuir las prácticas idolátricas de los cananeos: “Perfecto serás delante de Jehová tu Dios” (Deu 18:13). Como calificativo de seres humanos, el término se refiere a quienes cumplen con todos los requisitos de la Ley de Dios (cf. Psa 18:23). El mismo vocablo califica (51 veces) a la ví­ctima de un sacrificio ofrecido a Dios. Indica que el sacrificio serí­a “sin defecto” (Lev 22:18-21), dentro de los términos en que Dios define “defecto”: “Para que os sea aceptado será un macho sin defecto, ya sea toro, cordero o cabrito” (Lev 22:19 rva). En varios contextos la palabra tiene un antecedente más amplio. Sirve para describir actividades humanas externas y estados de ánimo internos que Dios no condena; “Noé, varón justo, era perfecto [“cabal” rva] en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (Gen 6:9 rvr). Aquí­ el vocablo indica la totalidad de una relación con Dios. En Jdg 9:16, refiriéndose taméí†m a una relación entre seres humanos, evidentemente se está hablando de algo más que una simple actividad externa: “Ahora pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey a Abimelec”. Esta extensión del matiz se puede percibir al comparar Gen 17:1 con Rom_4 donde Pablo argumenta que Abraham cumplió con las condiciones divinas, aunque lo hizo por fe. Otro adjetivo, tam, se encuentra 15 veces. Tiene un cognado en ugarí­tico y significa “completo o perfecto” (Son 5:2), “sano o saludable” (Gen 25:27) y “completo, inocente, í­ntegro” (Job 1:8). B. Nombre tom (µTo , 8537), “totalidad”. Este nombre, que tiene 25 casos, significa “totalidad” con los siguientes matices: llenura (Job 21:23), inocencia o simplicidad (2Sa 15:11), integridad (Gen 20:5). C. Verbo tamam (µm’T; , 8552), “estar completo, terminado, sin mácula; ser consumado”. El verbo, que se encuentra 64 veces, tiene cognados en arameo, sirí­aco y arábigo. El término significa “estar terminado o completo” en Gen 47:18 (rva): “Cuando se acabó aquel año, fueron a él”.

Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento