ROBO DE HOMBRES

(-> mandamientos, pena de muerte). La ley más fuerte contra el robo de seres humanos se encuentra en Dt 24,7: “Si se encontrara alguno que hubiere robado a uno de sus hermanos, los hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y así­ quitarás el mal de en medio de ti”. En el fondo de esta ley que regula (limita) la esclavitud, resuena el 6° (o 7°) mandamiento del Decálogo ético, que dice “no robarás” (Ex 20,15; Dt 5,19). La tradición posterior suele aplicarlo al robo de cosas, pero la intención primera del texto se dirigí­a contra el robo de personas, raptadas para ser vendidas a modo de mercancí­a, en las ferias de esclavos, como sabe también otro texto paralelo: “Quien robe a un hombre para venderlo o esclavizarlo es reo de muerte” (Ex21,16). La gravedad de este robo viene definida por la dureza del castigo que debe recibir quien lo comete (pena de muerte). Estas leyes responden, sin duda, a una sociedad propensa a esclavizar a las personas; por eso resultaba necesario oponerse al ladrón o traficante de esclavos. En ese mismo contexto se sitúa la ley sabática* que reduce a siete el Número de años de esclavitud por deudas (Ex 21,2-7; Dt 15,12-18). Quien rapte a un hermano para esclavizarle, quien oprima a los demás por razón de deudas económicas está destruyendo la misma raí­z de la humanidad. El pasaje antes citado (Dt 24,7) distingue entre un hermano israelita (a quien no se puede robar) y un extraño (cananeo o indio, negro o asiático) a quien podrí­a robarse o esclavizarse, como ha sucedido hasta hace poco en nuestra ilustrada sociedad de Occidente. Es claro que esa distinción entre hermano y no hermano debe hoy superarse, desde el espí­ritu de la Biblia y desde la misma racionalidad humana.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra