SERPIENTE DE BRONCE

Serpiente de bronce (heb. sârâf , “serpiente í­gnea”, y nejâsh nejôsheth). La que hizo Moisés y que colocó en una especie de poste durante una de las crisis que sufrió el pueblo de Israel mientras peregrinaba por el desierto. Los israelitas habí­an provocado el disgusto de Dios mediante una nueva explosión de murmuraciones. Por tanto, el Señor les retiró su protección, y las serpientes venenosas que viví­an en el desierto los atacaron; muchos fueron mordidos y murieron. Luego se levantó la serpiente de bronce como un medio de curación: para curarse del efecto del veneno debí­an mirarla (Num 21:6-9), como una demostración de fe en la capacidad de Dios para sanar, porque la figura en sí­ no tení­a poder para curar, pero Dios sí­ podí­a hacerlo y estaba ansioso de usar su poder en favor de sus hijos afligidos. Los israelitas debí­an comprender que ningún sí­mbolo, ni siquiera los del sistema de sacrificios, eran un fin en sí­ mismos. La imagen se conservó, pero en vista de que una generación posterior la convirtió en objeto de culto, Ezequí­as la destruyó (2Ki 18:4; el término heb. Nejushtân, Nehustán, evoca tanto el material que compone la imagen [nejôsheth, “bronce”*] como su forma [nâjâsh, “serpiente”*]). Jesús usó este episodio del desierto para ilustrar su inminente sacrificio (Joh 3:14, 15), y quizá también para simbolizar que se lo “levantarí­a” delante del mundo mediante la proclamación del evangelio.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Esta serpiente fue hecha por Moisés y colocada sobre un asta como el medio para recuperarse de las mordeduras de las serpientes venenosas (Num 21:4-9). Más tarde la adoraron y luego fue destruida (2Ki 18:4). Jesús la comparó con su muerte sobre la cruz (Joh 3:14).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Sí­mbolo levantado por Moisés siguiendo órdenes divinas, cuando los israelitas sufrieron el castigo de una plaga de serpientes que los mordí­an en el desierto. Consistí­a en una †œserpiente ardiente† puesta sobre un asta. Aquellos que eran mordidos debí­an mirar a ella y así­ vivirí­an (Num 21:4-9). La serpiente era adorada o formaba parte de sí­mbolos idólátricos entre los cananeos y otros pueblos antiguos (recuérdese que los griegos tení­an al llamado †œcaduceo†, una vara con dos alas en la parte superior y dos serpientes enredadas a lo largo, que era sí­mbolo de Mercurio). Quizás por la influencia del ejemplo cananeo los israelitas tomaron la s. de b. de Moisés como un fetiche, y le quemaban incienso en actitud idolátrica, hasta que vino el rey †¢Ezequí­as y la destruyó, considerándola en el mismo nivel que †œlas imágenes y sí­mbolos de Asera† (2Re 18:4). En ese versí­culo no es claro si fue Ezequí­as que la llamó Nehustán (cosa de bronce), o si ya el pueblo la llamaba así­. Hay un juego en hebreo con las palabras †œserpiente† (nahash) y †œbronce† (nefosheth), que se parecen mucho.

Pero la s. de b. que preparó Moisés era una figura del Señor Jesús y su muerte. El mismo Señor dijo que †œcomo Moisés levantó la serpiente en el desierto, así­ es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado…† (Jua 3:14-15; Jua 12:32), ya que a través de su muerte en la cruz, todos aquellos que miran a él y le depositan su fe, obtienen la salvación del alma. †¢Animales de la Biblia. Serpiente.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, FAUN REPT

ver, DIABLO

vet, Serpiente de metal que Moisés fijó sobre una asta en el desierto. Los israelitas que eran mordidos por serpientes ardientes eran invitados a volverse hacia esta figura y a mirarla, en base a la Palabra dada por Dios de que el que esto hiciera vivirí­a (Nm. 21:8, 9). Más tarde, los israelitas hicieron de ella un í­dolo, que Ezequí­as rompió y deshizo; habí­a recibido el nombre de “N’hushtan” (bronce) (2 R. 18:4). Jesús explicó el sentido espiritual de la crucifixión que iba a sufrir comparándose con la serpiente de bronce levantada por Moisés (Jn. 3:14-15). Cristo, hecho pecado por nosotros, fue levantado sobre el madero de la Cruz y llevó la maldición en nuestro lugar. Todos aquellos que por el veneno del pecado debí­an morir son salvos si dirigen a El su mirada de fe (2 Co. 5:21; 1 P. 2:24; Ez. 45:22).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

En las fronteras de Edom la rebelde Israel sufrió ponzoñosas mordeduras de serpientes como castigo, y rogó a Moisés que intercediese ante Dios, a fin de que la librase de dichas serpientes. Entonces Dios mandó a Moisés que hiciese una figura de serpiente en bronce y que la levantara sobre un asta, de modo que cualquiera que fuese mordido por las serpientes pudiese mirarla y vivir (Nm. 21.4–9; 1 Co. 10.9, 11). De esta forma Dios libró al pueblo y les enseño la lección sobre la necesidad de depender de él, no sólo para dicha liberación sino también como principio general. Siglos después, durante la purga de objetos y costumbres idolátricos, el rey Ezequías de Judá destruyó la serpiente de bronce porque el pueblo la había convertido en ídolo, ofreciéndole incienso (2 R. 18.4). La siguiente wayyiqrā˒ neḥuštān puede querer decir ya sea “él (= Ezequías) la llamó Nehustán” (e. d. “sólo un pedazo de bronce”), o “se llamaba Nehustán” (e.d. así la llamaba el pueblo desde la antiguedad). En cualquier caso es un juego de palabras basado en la frase neḥš-neḥošeṯ, ‘serpiente de bronce’, dos palabras de sonido muy semejante en heb. La significación de las serpientes en el paganismo circundante tornó particularmente imperativa la acción de Ezequías (cf. * Serpiente, final de la sección II. d; véase tamb. H. H. Rowley, “Zadoc and Nehushtan”, JBL 58, 1939, pp. 113s). En Gezer se encontró una serpiente de bronce (véase R. A. S. Macalister, The Excavation of Gezer, 2, 1912, pp. 398–399 y fig(s).; o I. Benzinger, Hebräische Archäologie3, 1927, pp. 327, fig(s). 418), en Hazor un asta para serpiente, y en un santuario en Timna una serpiente de cobre dorada (B. Rothenberp, Timna, Valley of the Biblical Copper Mines, 1972, pp. 152, 183–184, láms. XIX-XX).

Al hablar de su próxima crucifixión, Jesucristo de valió del incidente de la serpiente, que fue levantada para que el hombre la mirase con fe y viviese, con el fin de ilustrar la significación del acontecimiento próximo a ocurrir. Los que depositasen fe en él, levantado en la cruz por los pecados de ellos, tendrían vida eterna (Jn. 3.14).

K.A.K.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico