Esta instrucción prohibía a un hijo ilegítimo o, como creen algunos estudiosos de la Biblia, a un israelita mestizo ocupar un cargo público en la nación de Israel. Debemos recordar que el Israel del Antiguo Testamento era un pueblo carnal e inconverso cuyos intereses eran principalmente materiales y seculares. Dios dio este estatuto para mantener la nación física pura y fuerte.
Hoy, sin embargo, Dios está construyendo una casa espiritual en lugar de una nación física. Cada individuo puede o no convertirse en parte de este edificio espiritual dependiendo de cómo conduzca su vida. A un hijo no se le impide recibir la vida eterna a causa de los pecados de sus padres, ni los padres deben ser separados de Dios como resultado de los pecados de sus hijos (Ezequiel 18). Nuestra relación con Dios depende totalmente de nuestras propias acciones (ver también Jeremías 31:29-30 ). Los escritores de la Biblia mencionan con frecuencia que cada persona será juzgada según sus propias obras ( Job 34:11 ; Salmo 62:12 ; Proverbios 24:12 ; Romanos 2:6 ; I Pedro 1:17 ; Apocalipsis 20:13 ; etc.) .
Jesucristo dijo que los verdaderos cristianos deben adorar a Dios en espíritu ( Juan 4:23-24 ). Por lo tanto, la ascendencia física de uno no impedirá que uno se convierta en un hijo de Dios hoy. Los descendientes de ciertas naciones y pueblos nunca entrarían en la congregación del antiguo Israel, pero hoy se nos dice que todos los hombres de todas las naciones pueden entrar en la Familia de Dios con un verdadero arrepentimiento y aceptación de Jesucristo como su Salvador personal ( Hechos 10:34- 35 ). Lea también Hechos 17:30 , Gálatas 3:28-29 y II Pedro 3:9.