¿Por qué una persona con un coeficiente intelectual alto tiene una probabilidad bastante predecible de rendimiento académico de alto nivel, mientras que a esas mismas personas les suele ir mal en sus carreras? Las investigaciones realizadas por Hunter y Hunter (1984) y Sternberg (1996) han descubierto que el coeficiente intelectual por sí solo no es un buen predictor del desempeño laboral. De hecho, han aprendido que un coeficiente intelectual alto solo representa entre el 10 y el 25 por ciento del éxito profesional de una persona.
Daniel Goleman, en su revelador libro Inteligencia emocional, construye un caso sólido para que la inteligencia emocional sea en realidad el indicador más fuerte del éxito profesional. “Inteligencia emocional” se define como la capacidad de una persona para manejar sus emociones e impulsos. También se refiere a la capacidad de residir en el estado de ánimo psicológico de alguien, reconocer señales sociales sutiles o pistas que revelan lo que otros necesitan o desean, y ajustar las acciones de uno en consecuencia.
David Novak, ex CEO de PepsiCo/KFC, dice que aprendió temprano en su carrera que es absolutamente vital que un líder sienta pasión por las personas en la organización. La filosofía de liderazgo de Novak se basa en las personas: pedir retroalimentación de manera proactiva, leer con precisión o sentir sus emociones y necesidades, y desarrollar una comprensión profunda de sus puntos de vista. Esto le permitió conectarse emocionalmente con sus empleados y meterse en sus cabezas para motivarlos de una manera que nadie más podía.
Novak afirma en su libro, Educación de un CEO accidental, “Entusiasmar a las personas con lo que están haciendo, hacer que se sientan parte del equipo y acompañarlas en el viaje de sus vidas, son las cosas que mejor hago”. Aunque el libro de Novak no aborda explícitamente el tema de la inteligencia emocional, demuestra claramente los valores fundamentales de un líder emocionalmente inteligente.
(Leadership Insights, Nicolás Mottat 23/7/09) esto …
adaptado por Gary D. Foster