Introducción. En los últimos cuatro años hemos enfatizado la necesidad de tener autoridad bíblica sobre lo que creemos y practicamos. Hemos compartido con ustedes los requisitos bíblicos para este fin (1 Tes. 5: 21, Ef. 5: 10, 11), y las consecuencias de no tener creencias y prácticas autorizadas (Mat. 7: 21-23). Hemos visto que Jesús es autor de eterna salvación para todos los que le obedecen (Heb. 5:9). Nuestra pregunta es una pregunta práctica y de vital importancia.
Comando expreso. Amados, cuando determinamos un mandato expreso, hemos establecido autoridad bíblica. Pedro ordenó: “Arrepentíos y bautizaos…” (Hechos 2:38). No hay ninguna enseñanza relevante en otra parte que muestre que Hechos 2:38 tiene un alcance limitado o peculiar (cf. Marcos 16:16). Por lo tanto, el pecador extranjero debe arrepentirse y ser bautizado. La unidad religiosa, basada en la conformidad con la verdad, es un mandamiento (1 Cor 1, 10; Ef 4, 3). Si uno enseña que la división religiosa es generalmente aceptada, como muchos lo hacen, esa persona no tiene autoridad. En otras palabras, no está trayendo “la doctrina de Cristo” y no debe tener comunión (2 Juan 9-11).
Ejemplo aprobado. El libro de los Hechos es en gran parte un libro de ejemplos aprobados. Podemos ver ejemplificado cómo las personas se hicieron cristianas y cómo vivían (Hechos 2, 3, 8, 16, etc.).
inferencia necesaria. Se nos dice que Jesús “subió luego del agua” (Mat. 3: 16). Inferimos razonablemente que Jesús primero se sumergió en el agua. Observe que la inferencia debe ser necesaria para ser vinculante.
Conclusión . Amado, el mandato expreso, el ejemplo aprobado y la inferencia necesaria son métodos viables para llegar a la autoridad bíblica. Ahora, aplique estos métodos al bautismo por aspersión, derramamiento o inmersión, los bebés son “bautizados” y la salvación solo por fe. Sí, podemos establecer autoridad en asuntos religiosos.