La guerra espiritual es una lucha espiritual en la que los cristianos enfrentan los ataques del enemigo, Satanás, y sus fuerzas malignas en el mundo espiritual. En esta lucha, el Espíritu Santo juega un papel importante en la vida del cristiano, ayudándolo a resistir las tentaciones y los ataques del enemigo.
El Espíritu Santo es nuestro ayudador en la guerra espiritual. Él nos guía y nos da la fuerza y la sabiduría para resistir las tentaciones y las pruebas que enfrentamos. También nos da la capacidad de orar y de interceder por los demás en esta lucha espiritual.
En Efesios 6:10-18, el apóstol Pablo nos exhorta a ponernos la armadura de Dios para resistir en el día malo, y en esa lista de elementos de la armadura, el Espíritu Santo es mencionado en el versículo 18: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.
En resumen, en la guerra espiritual, el Espíritu Santo es nuestro aliado y guía. Debemos buscar su ayuda y dirección en todo momento, y depender de su fuerza y poder para resistir los ataques del enemigo y vivir una vida de victoria en Cristo Jesús.