El Espíritu Santo y la Obra de la Salvación en el Antiguo Testamento – Biblia.Work

El Espíritu Santo y la Obra de la Salvación en el Antiguo Testamento

El Libro del Espíritu Santo

En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo se revela como el agente de la obra de la salvación en la vida de los cristianos. Aunque la plenitud del Espíritu Santo no fue dada de manera general a todos los cristianos en esa época, el Espíritu actuó de manera poderosa en la vida de individuos específicos para llevar a cabo la obra de Dios.

En el Génesis, el Espíritu de Dios se mueve sobre las aguas en el acto de la creación (Génesis 1:2). También vemos al Espíritu Santo en la vida de individuos específicos como Bezalel y Aholiab, quienes recibieron la habilidad y sabiduría del Espíritu para trabajar en la construcción del Tabernáculo (Éxodo 31:1-5).

En los tiempos de los profetas, el Espíritu Santo fue el agente de la inspiración divina. El profeta Miqueas dijo: “Pero yo estoy lleno del poder del Espíritu del Señor, y de justicia y de valentía para declarar a Jacob su rebeldía y a Israel su pecado” (Miqueas 3:8). El Espíritu Santo también se mueve en la vida de los profetas para capacitarlos para llevar a cabo la obra de Dios. Por ejemplo, el Espíritu Santo viene sobre Sansón para darle la fuerza necesaria para derrotar a los filisteos (Jueces 14:6, 19; 15:14).

Aunque la plenitud del Espíritu Santo no fue otorgada a todos los cristianos en el Antiguo Testamento, el Espíritu se movía de manera poderosa en la vida de individuos específicos para llevar a cabo la obra de Dios y para inspirar a los profetas.