El reinado de David y Salomón – El eterno conflicto entre Israel y los Palestinos

El eterno conflicto entre Israel y los Palestinos

Los reinados de David y Salomón representan una de las épocas doradas en la historia bíblica de Israel. Estos dos reyes, padre e hijo respectivamente, consolidaron el poder político y religioso de Israel y dejaron legados duraderos.

1. David (c. 1010-970 a.C.):

  • Ascenso al Poder: David, originalmente un pastor y posteriormente el famoso vencedor del gigante filisteo Goliat, fue ungido rey después de Saúl. Aunque comenzó reinando solo sobre la tribu de Judá, eventualmente unificó las doce tribus de Israel bajo su liderazgo.
  • Conquistas: David expandió las fronteras del reino, derrotando a enemigos como los filisteos, moabitas, amonitas y arameos. Estableció un reino que se extendía desde el río Éufrates en el norte hasta el Golfo de Aqaba en el sur.
  • Jerusalén: David capturó la fortaleza de los jebuseos en Jerusalén, convirtiéndola en su capital. También trajo el Arca del Pacto a la ciudad, consolidando aún más la centralidad religiosa y política de Jerusalén.
  • Promesa Davídica: En 2 Samuel 7, Dios hace un pacto con David, prometiendo que su linaje reinará para siempre. Esta promesa tiene profundas implicaciones teológicas, especialmente en el cristianismo, donde Jesús es visto como un descendiente del linaje de David.

2. Salomón (c. 970-931 a.C.):

  • Construcción del Templo: Uno de los logros más significativos de Salomón fue la construcción del Templo en Jerusalén, una morada permanente para el Arca del Pacto y un centro de adoración para Israel.
  • Sabiduría y Obras: Salomón es tradicionalmente conocido por su sabiduría. Se le atribuyen tres libros bíblicos: Proverbios, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Además, emprendió numerosos proyectos de construcción y fortificación en todo el reino.
  • Relaciones Exteriores: Salomón estableció alianzas a través de matrimonios (incluida la famosa visita de la Reina de Saba) y tratados. Su relación con el rey Hiram de Tiro fue especialmente fructífera, facilitando muchos de sus proyectos de construcción.
  • Idolatría y Apostasía: A pesar de sus logros, el reinado de Salomón no estuvo exento de problemas. Influenciado por sus muchas esposas, Salomón permitió e incluso promovió la adoración de dioses extranjeros, lo que llevó a su caída en desgracia ante Dios.
  • División Posterior: A la muerte de Salomón, debido a tensiones internas y descontento con las políticas fiscales y laborales de Salomón, el Reino de Israel se dividió en dos: el Reino del Norte (Israel) y el Reino del Sur (Judá).

En conjunto, David y Salomón establecieron las bases de un reino unificado y próspero y dejaron legados culturales, religiosos y políticos que impactaron profundamente la identidad y la historia del pueblo de Israel.