La palabra “judío” es una forma abreviada de la antigua palabra inglesa “Judean”, que se refiere a los descendientes del patriarca Judá, uno de los doce progenitores de las tribus de Israel. En las genealogías del Nuevo Testamento, tanto la madre de Jesús, María, como su padrastro, José, figuran como descendientes de Judá, a través de la línea de David (Mateo 1; Lucas 3). Jesús no solo era un descendiente de Judá, un judío, sino que también era de la línea real davídica de Judá. Varios versículos se refieren a Jesús como “Hijo de David” (p. ej., Mateo 15:22 ; 21:9 ; Marcos 10:47 ).
Dios inspiró al apóstol Pablo a escribir: “Porque es manifiesto que nuestro Señor se levantó de Judá” ( Hebreos 7:14 ). En Apocalipsis 5:5 , uno de los veinticuatro ancianos llama a Jesús “el León de la tribu de Judá”. Mucho antes de Su nacimiento, se profetizó que Silo, el Mesías, el Príncipe de Paz, vendría de la tribu de Judá ( Génesis 49:10 ).
En Su conversación con la mujer junto al pozo, Jesús dice: “Vosotros [los samaritanos] adoráis lo que no sabéis; nosotros [los judíos] sabemos lo que adoramos, porque la salvación es de los judíos” ( Juan 4:22 ). Jesús usa el pronombre “nosotros”, incluyéndose claramente a sí mismo entre los judíos. Los judíos, sin embargo, lo rechazaron, como dice Juan 1:11 : “A los suyos vino, y los suyos no le recibieron”.
Pablo habla de Dios “enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado” ( Romanos 8:3 ). Cristo tomó la carne y la sangre de su padre físico María ( Hebreos 2:14 ). Jesús nació como ser humano por engendramiento divino en la nación, el área y la familia de Judá. ¡Sí, Jesús ciertamente era judío!