Por el momento, Satanás no está en el infierno. Más bien, Satanás vaga por la tierra, buscando personas para tentarlas a pecar y así separarlas de Dios. Primera de Pedro 5:8 dice: “Estad alerta y sobrios. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quien devorar.” En Juan 14:30 , Jesús llamó a Satanás el “príncipe de este mundo”, y el apóstol Pablo se refirió a él como el “príncipe del reino del aire, el espíritu que ahora opera en los que son desobedientes” ( Efesios 2:2 ). Satanás no vive en el infierno; vive y obra en la tierra y en los cielos que la rodean.
Satanás es el “padre de la mentira” ( Juan 8:44 ), e influye y gobierna el mundo en este momento. Satanás desea adoración ( Mateo 4:9), y utiliza el engaño y las distracciones para atraer la atención del hombre hacia sí mismo. El mundo adora a Satanás de una forma u otra, excepto aquellos que son del reino de Dios y por lo tanto son llamados a salir de los engaños de Satanás. Si una persona no es un hijo de Dios, por defecto es un hijo de Satanás (ver Juan 8:44 ; Hechos 13:10 ). 1 Juan 3:10 nos dice cómo distinguir los dos: “En esto sabemos quiénes son los hijos de Dios y quiénes son los hijos del diablo: cualquiera que no hace lo correcto no es hijo de Dios, ni nadie es que no ama a su hermano y hermana.” Santiago 4:4 explica que cualquiera que sea amigo del mundo es enemigo de Dios.
Es importante saber esto, porque pronto Jesús regresará a la tierra y recogerá lo que le pertenece. Él derrotará a los seguidores de Satanás y reclamará a Sus elegidos para Sí mismo. En última instancia, Satanás será arrojado al lago de fuego y “atormentado día y noche por los siglos de los siglos” ( Apocalipsis 20:10 ). Después, Jesús juzgará a los incrédulos según lo que hayan hecho durante su vida. Cualquiera cuyo nombre no se encuentre escrito en el Libro de la Vida será arrojado al lago de fuego donde estarán Satanás y sus secuaces para ese tiempo ( Apocalipsis 20:13 , 15 ). El infierno y la muerte también son arrojados al lago de fuego ( Apocalipsis 20:14 )), entonces, técnicamente hablando, en ningún momento Satanás reside en el infierno. Pero será confinado permanentemente en un lugar muy caliente que podría llamarse un lugar “infernal”, para ser atormentado eternamente.
La conclusión clave para cada persona es asegurarse de que su propio nombre esté escrito en el Libro de la Vida para que pueda tener vida eterna en el cielo, en lugar de la separación eterna de Dios en el lago de fuego.