No, la Biblia en ninguna parte menciona a un ángel llamado Rafael. Solo se nombran dos santos ángeles en las Escrituras: Gabriel ( Lucas 1:26 ) y Miguel ( Daniel 12:1 ), este último designado como “arcángel” en Judas 9 . El ángel Rafael sí aparece en el libro apócrifo de Tobías (o Tobías) , que se considera inspirado en la Iglesia Católica. En ese relato, Rafael se disfraza de humano, mantiene a salvo al joven Tobias en un viaje, ahuyenta a un demonio y cura al mayor Tobias de su ceguera. Por estas acciones, los católicos consideran a Rafael como el patrón de los ciegos, de los viajeros y de los médicos.
En el libro de Tobías, Rafael se identifica como uno de los siete arcángeles “que están ante el Señor” (Tobías 12:15 ). Rafael también ofrece oraciones en nombre de Tobías, y Tobías, a su vez, agradece al ángel porque está “lleno de todo bien a través de él” ( Tobías 12:3 ).
Juan arroja algo de luz sobre las nociones religiosas en la época de Cristo. “Una gran multitud de enfermos” está sentada junto a un estanque en Jerusalén, esperando “el movimiento del agua”. Ellos creían que un ángel descendería del cielo y agitaría el agua, haciendo del estanque un lugar de sanidad para ellos. Jesús se acerca a un hombre enfermo desde hace 38 años y le pregunta si quiere ser sanado. La triste y supersticiosa respuesta del hombre es que no puede curarse porque no puede meterse en la piscina lo suficientemente rápido. Entonces Jesús pasa por alto toda superstición y muestra su poder para sanar inmediatamente al hombre ( Juan 5:3-9).
Aunque el Libro de Tobías no se incluyó en las Escrituras hebreas, la Septuaginta sí lo incluyó; por lo tanto, la historia de Rafael habría sido familiar para casi todos en los días de Jesús. Es muy posible que el “ángel de la piscina” que esperaba el enfermo fuera, en su mente, Rafael. Es interesante que Rafael nunca aparece en Juan 5 . Es Jesús, no un ángel, quien “sana todas tus enfermedades” ( Salmo 103:3 ).