Sermón para niños Isaías 25:6-9
Océano de lágrimas
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Isaías 25:6-9
Océano de Lágrimas
Por Lois Parker Edstrom
¿Hay alguien aquí que nunca haya llorado? ¡No! Empezamos a llorar inmediatamente después de nacer y cuando somos bebés lloramos para que los demás sepan lo que necesitamos. Los bebés lloran porque tienen hambre, tienen demasiado frío o calor, les duele la barriga o necesitan que los cambien.
Los niños pequeños a veces lloran cuando no se les da lo que quieren y eso los enoja. . Esto también puede suceder con los adultos y algunos adultos lloran cuando están muy felices.
Una cebolla puede hacernos llorar y ciertas personas que tienen alergias lloran debido a los irritantes en el aire.
Entonces, ¿qué sucede cuando lloras? Sí, las lágrimas ruedan por tus mejillas. Generalmente lloramos cuando estamos muy tristes o nos han lastimado. Cuando vemos a alguien llorando a nosotros también nos entristece y queremos ayudar.
La Biblia habla de las lágrimas y nos dice que Dios “enjugará las lágrimas de todos los rostros” (25:8). Por lo general, cuando lloramos queremos ser consolados. No importa lo que nos suceda, debemos recordar el gran amor de Dios y ser consolados por eso. Se nos recuerda que Dios nos ama a cada uno de nosotros con un amor que durará para siempre.
¿Sabías que nuestras pequeñas lágrimas están compuestas principalmente de sal y agua, similar al agua de los océanos? Dios creó a ambos. Deja que la belleza de la creación de Dios y su gran amor te consuelen.
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