El don de lenguas, también conocido como hablar en lenguas, es uno de los dones del Espíritu Santo mencionados en la Biblia. Se encuentra principalmente en el libro de los Hechos y en las epístolas del apóstol Pablo. Se dice que el hablar en lenguas es una manifestación sobrenatural del Espíritu Santo, donde el cristiano habla en un idioma que no conoce o no ha aprendido.
En el libro de los Hechos, el hablar en lenguas se menciona en el contexto del día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Jesús en forma de lenguas de fuego. Los discípulos comenzaron a hablar en lenguas que los oyentes podían entender, aunque los discípulos no conocían los idiomas que estaban hablando. En las epístolas de Pablo, el hablar en lenguas se menciona en el contexto de la edificación de la iglesia y la adoración a Dios. Según Pablo, el hablar en lenguas es un don que puede ser utilizado para la edificación personal y para la edificación de la iglesia.
Es importante tener en cuenta que el hablar en lenguas no es un requisito para la salvación o para demostrar que se tiene el Espíritu Santo. Cada cristiano es único y tiene diferentes dones del Espíritu Santo. Además, el hablar en lenguas debe ser utilizado correctamente y con discernimiento, ya que puede ser malinterpretado o mal utilizado en algunos casos.