“Pero cuando haces banquete…” – Lecciones bíblicas

En Lucas 14:12-14, nuestro Señor dijo a los letrados y fariseos: “Cuando hagas un banquete o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni tus vecinos ricos; no sea que ellos también te inviten otra vez, y se te haga una recompensa. Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos, a los ciegos, y serás bendito; porque ellos no te pueden recompensar; porque serás recompensado en la resurrección de los justos.”

¿Cómo podemos aplicar los versículos anteriores hoy?

Una forma en que podemos hacer aplicación de estos versículos, es ayudando a aquellos que necesitan ayuda y no pueden compensarnos por nuestros servicios. Al respecto, Jesús dijo: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Como resultado, seremos ricamente “recompensados en la resurrección de los justos” (Lucas 14:14). Este es el principio de acumular para nosotros mismos “tesoros en el cielo….” (Mateo 6:20; cf. Mateo 19:21; 1 Timoteo 6:18-20).

Nuestro Señor nos dio una aplicación espiritual de los versículos anteriores (el principio de la entrega desinteresada), cuando Él dijo a los fariseos santurrones: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos” (Mateo 9:12). Continuó diciendo que su propósito al venir a la tierra no era “llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento” (Mateo 9:13). Nuestro Señor provee no solo las necesidades físicas de la vida (Mateo 6:25-32), sino también las necesidades espirituales de la vida (Juan 10:10; cf. Salmo 23; Filipenses 4:19). Dado que Él es nuestro ejemplo (1 Juan 2:6; 1 Pedro 2:21), ¿podemos nosotros, como Sus seguidores, hacer menos por los necesitados (tanto física como espiritualmente) y aun así ser bendecidos?