Introducción . Jesús discutió el nuevo nacimiento con Nicodemo en Juan 3: 1-9. Jesús enfatizó a Nicodemo la importancia del nuevo nacimiento cuando dijo: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” y “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3: 3, 5).
El nuevo nacimiento es espiritual en oposición al físico . No pocos confunden lo espiritual y lo físico. Muchos intentan hacer el reino físico (reino terrenal de Jesús, diversión y diversión, etc.), pero Jesús dijo, “…mi reino no es de este mundo…” (Juan 18:36). Nicodemo pensó que Jesús se estaba refiriendo a un nuevo nacimiento físico (Juan 3:4). El hombre debe entender la diferencia entre lo espiritual y lo físico.
El nuevo nacimiento consiste en nacer del agua y del Espíritu . Esto es precisamente lo que Jesús le dijo a Nicodemo al explicarle la naturaleza espiritual del nuevo nacimiento (vs. 5). Cuando pensamos en “agua”, inmediatamente pensamos en el bautismo. El bautismo es para la remisión del pecado (Hechos 2: 38, 22: 16), no una señal externa para mostrar que ya hemos sido perdonados y salvados. Es en el acto del bautismo que el viejo hombre es despojado o crucificado y el nuevo hombre resucitado para andar en novedad de vida (Rom. 6). El Espíritu Santo es responsable de la enseñanza que se traduce en el nuevo nacimiento (cf. 1 Cor 2, 13-14). Además, en este nuevo nacimiento están involucrados la creencia, el arrepentimiento y la confesión (Juan 8: 24, Lucas 13: 1-5, Rom. 10: 9, 10).
Conclusión. Como se mencionó, el nuevo nacimiento no es opcional. Jesús declaró: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). Pablo escribió: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Uno es bautizado (“agua”) en Cristo donde se experimenta esta novedad (Gálatas 3: 26, 27). Amable lector, ¿ha nacido de nuevo?