1 Corintios 6:12… Todas las cosas me son licitas, mas no todas me convienen; todas las cosas me son licitas, mas yo no me dejare dominar de ninguna.
Preguntas:
- ¿Qué es el dominio propio?
- ¿Qué tan importante es el dominio propio en la vida del creyente?
- ¿Cómo se que estoy dando frutos para Dios?
- ¿Qué revela el dominio propio?
- ¿Cuáles son las consecuencias de no tener dominio propio?
- ¿De dónde viene el dominio propio?
- ¿Cuáles cosas me dicen que no tengo dominio propio?
El domino propio (templanza) no es más que el control dado por Dios al hombre a través de su Espíritu Santo para negarse al pecado y todo aquello que desagrada a Dios, en 2 Timoteo 1:7 nos damos cuenta de esta verdad. Podríamos decir que el dominio propio y la templanza es lo mismo, y la templanza es un fruto del Espíritu Gálatas 5:23. ¿Qué es la templanza? Una persona con templanza reacciona de manera equilibrada a sus propias decisiones y deleites ya que goza de un considerable control sobre sus emociones y es capaz de dominar sus impulsos. La templanza refleja el dominio de la voluntad humana y permite poner límites a los deseos generalmente vinculados al pecado. La templanza es un fruto del espíritu que surge cuando el carácter de Cristo está siendo formado en nuestro interior, cuando la santidad empieza a ser una prioridad en nuestras vidas. Cuando estamos produciendo frutos para Dios empezamos a vivir la palabra tal como está escrita y gozamos de los beneficios que esta contiene, cambia nuestro carácter como creyente (control de nuestras emociones, firmeza a tomar decisiones, control total de nuestras actitudes, manera de hablar, etc.), estrechamos la relación que tenemos con Dios, nos volvemos obedientes y sumisos a las autoridades que Dios ha puesto sobre nuestras vidas, cambia totalmente la forma como nos desenvolvemos con los demás.
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El dominio propio revela la condición de tres áreas en tu vida: relación, temor y consagración a Dios.
El dominio propio no nace de la noche a la mañana, este va a depender del amor, el temor y la vida de consagración que tengas con Dios. Este fruto del espíritu es importantísimo en la vida del creyente en un mundo donde las ofertas pecaminosas están a la vuelta de la esquina. Es imposible tener dominio sobre nuestras pasiones y deseos fuera de la obra de la cruz, fuera de la ayuda del Espíritu Santo Gálatas 5:24. Lamentablemente si no vemos los frutos del espíritu en nuestra vida diaria estamos lejos de la vida en el espíritu que Dios nos manda a vivir Gálatas 5:25. La recompensa de vivir una vida en el espíritu consagrado a Dios es la vida eterna Gálatas 6:8.
Para entender mas el tema pongamos este ejemplo que muchas veces se da en la actualidad: Supóngase Un joven creyente enamorado perdidamente de una joven no creyente, engañado totalmente de su hermosura Proverbios 6:25, pero la palabra de Dios dice: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos 2 corintios 6:14. Para este joven tomar la decisión correcta debe tener, 1) Temor a Dios 2) Una relación con Dios 3) Una vida consagrada a Dios, para: 1) Reconocer que corre el riesgo de apartarse de Dios, 2) Reconocer que violará un principio bíblico y 3) Para reconocer que esta chica puede echarle a perder su salvación. Si el joven tiene estas cosas buscará la forma de apartarse de ella sabiendo que a las tentaciones no se le resiste, se le huye, y orar fuertemente reconociendo ante Dios que es débil pero que él tiene poder para arrancarla de su corazón totalmente, y orar fuertemente para que sea libre de los lazos de la mujer impía. Si no tiene ninguna de estas, lamentablemente será dominado por sus pasiones y deseos, cayendo en lazos de destrucción Proverbios 7:21-23 que traerá consecuencias desastrosas a su vida, tales como la pérdida de su testimonio como creyente, decadencia de su vida espiritual (enfriamiento), perdida del temor a Dios, el surgimiento de nuevos hábitos dañinos tales como mentira, rebelión, y más lejos aun, un embarazo no deseado o podría ser, el contagio de una enfermedad sexual. Si vemos como empezó todo nos damos cuenta que el pecado de desobediencia entra como una simple semilla que después se nos hace muy difícil revertir al momento que da sus frutos, Dios siempre debe ser una prioridad que no debemos cambiar.
El dominio propio nace del Espíritu Santo no de nuestro intelecto.
Esta verdad explica porque muchas personas que tienen un gran coeficiente intelectual aun siguen atados a vicios tales como alcohol, drogas, mentira, adulterio, entre otros. Ellos saben las consecuencias dañinas de estar atados a vicios pero la verdad es que no pueden escapar por si solos porque es un trabajo de Dios en liberación, no de sus mentes. Todo creyente debe empezar a sembrar en el espíritu para cosechar el dominio propio (templanza), debemos tener dominio propio al momento de hablar, al momento de actuar, al momento de tomar una decisión incluso hasta al momento de pensar. Debemos de aprender a decir que no cuando nuestras decisiones violaran las santas escrituras, el pecado no puede ser una opción para nosotros al momento de decidir. El viejo hombre no puede dominarnos cuando Jesús nos ha dado una cruz para crucificarlo Mateo 16:24, esta cruz no es un crucifijo, ni tampoco una cruz de madera, esta cruz es espiritual y representa la negación continua a nuestros propios deseos y pasiones desordenadas que no quieren servir ni agradar a Dios, esta cruz te llevará a odiar el pecado y por ende a amar mas a Dios.
La falta de dominio propio evidencia que: nos falta temor de Dios, que tenemos problemas con nuestra relación con Dios, que no estamos consagrados a Dios como debemos estar, que nos falta carácter, somos inmaduros espiritualmente. Con esto no digo que no cometemos errores, todos cometemos errores, pero cuando una persona hiere a otras constantemente de palabras y de hecho pero nunca perdona ni pide perdón, cuando siempre comete los mismos errores, o se deja dominar fácilmente por las personas del sexo opuesto, o acepta todas las ofertas a lugares determinados que sus amistades mundanas les ofrecen pues hay un problema con su dominio propio y la condición de su corazón. Con todo este tema entendemos lo importante que es el dominio propio en nuestras vidas, lo tan ligado que está a la santidad, al temor a Dios, a nuestra relación con él, etc. Si Dios nos manda a dar frutos es porque nos dio la semilla para sembrar, el nos dio su Espíritu Santo para que cosechemos sus frutos, pero es trabajo nuestro sembrar en él, ¿Como sembramos en el Espíritu? Orando continuamente, leyendo su palabra continuamente, ayunando en todo tiempo, (Estudiar la vida de Jesús), ¿Para qué sembramos en el espíritu? Para negarnos a nosotros mismos, obedecer a Dios, ser transformados y así producir frutos.
El dominio propio va más allá de nuestra voluntad es un fruto que surge de la vida de Jesús en nosotros.
Oración: Señor y amado mío gracias por tu verdad, gracias porque tuve el privilegio de leerla porque muchos no lo tuvieron, sea tu nombre exaltado por siempre, padre mío dirígeme a ser mas como Jesús, dame sabiduría para no solo cosechar el dominio propio, sino también el amor, la fe, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, mansedumbre y demás frutos del espíritu, perdóname porque quizás muchas veces me deje llevar por los impulsos y quizás herí a alguien con mis palabras por no subyugar mis emociones, hoy hago un compromiso para empezar a sembrar en el espíritu, para ver tus frutos en mi vida diaria, gracias señor en el nombre de Jesús, amen.