Shalom Jerusalén: No sólo es una promesa de paz para la ciudad sino también para los judíos

Reflexión 01

“Shalom Jerusalén” es una frase cargada de significado histórico, espiritual y político. “Shalom” es una palabra hebrea que se traduce comúnmente como “paz”, pero su significado es mucho más profundo. No sólo denota la ausencia de conflicto, sino también plenitud, bienestar y armonía. Jerusalén, por otro lado, es una ciudad que ha sido el epicentro de las tres principales religiones monoteístas del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Es una ciudad que ha visto milenios de historia, conflictos, reconstrucciones y renovaciones.

Cuando decimos “Shalom Jerusalén”, estamos expresando un deseo profundo y una oración por la paz en esta ciudad sagrada. Pero también es una reflexión sobre la naturaleza compleja y multifacética de la paz. La paz no es sólo la ausencia de guerra, sino la presencia de justicia, comprensión y cooperación mutua.

Jerusalén, con sus antiguas calles de piedra, sus lugares sagrados y su rico matiz de culturas, es un microcosmos del mundo en sí mismo. Su historia es una lección sobre la fragilidad y el valor de la paz. Las múltiples capas de su pasado nos muestran cómo diferentes culturas, religiones y civilizaciones pueden coexistir, pero también cómo pueden entrar en conflicto.

“Shalom Jerusalén” es una esperanza de que la ciudad pueda ser un faro de paz, un lugar donde diferentes pueblos y religiones pueden vivir juntos en armonía. Es una oración para que las generaciones futuras no repitan los errores del pasado y busquen siempre la paz sobre el conflicto.

Finalmente, “Shalom Jerusalén” es también un recordatorio para cada uno de nosotros. Un recordatorio de que todos llevamos la responsabilidad de buscar y construir la paz en nuestros corazones, en nuestras comunidades y en el mundo en general. Es una invitación a ver más allá de las diferencias y a trabajar juntos hacia un mundo más justo y pacífico.

Reflexión 02

“Shalom Jerusalén” como promesa a los judíos tiene raíces profundas en la historia, la teología y la tradición del pueblo judío.

  1. Historia Bíblica: Según la Biblia hebrea (el Tanaj), Jerusalén, y específicamente el Monte del Templo, ha sido el centro espiritual del pueblo judío desde los tiempos del rey David y el rey Salomón. Fue Salomón quien construyó el Primer Templo en Jerusalén, que se convirtió en el lugar central de adoración para los judíos.
  2. Exilio y Anhelo: A lo largo de la historia, especialmente después de la destrucción del Segundo Templo en el 70 d.C. por los romanos, los judíos fueron dispersados en la diáspora. Sin embargo, mantuvieron una conexión espiritual con Jerusalén. En todas las festividades y en la boda judía, se recuerda la destrucción del Templo y el anhelo de regresar a Jerusalén. La frase “El próximo año en Jerusalén” se dice al final del Séder de Pésaj y en Yom Kipur, resaltando este anhelo.
  3. Promesa Espiritual: Desde un punto de vista espiritual y teológico, la paz en Jerusalén no solo se refiere a la ausencia de conflictos armados. “Shalom”, como se mencionó anteriormente, tiene connotaciones más profundas de completitud, bienestar y armonía divina. Para muchos judíos, la paz en Jerusalén también tiene connotaciones mesiánicas, donde se cree que con la llegada del Mesías, Jerusalén y, por extensión, todo el mundo, experimentarán una era de paz y entendimiento divino.
  4. Zionismo Moderno: Con el surgimiento del movimiento sionista en el siglo XIX, el anhelo de regresar a la Tierra de Israel y reconstruir un hogar nacional para el pueblo judío tomó un giro práctico y político. Jerusalén se convirtió en el símbolo central de esta aspiración. La promesa de Jerusalén para los judíos en este contexto es tanto espiritual como nacional.
  5. Actualidad: Hoy en día, el Estado de Israel considera a Jerusalén su capital indivisible, y es el hogar de la Knesset (parlamento), la Corte Suprema y la residencia del presidente. La promesa de “Shalom Jerusalén” sigue siendo una esperanza y una oración por la paz real y duradera en la ciudad, que ha visto tantos conflictos a lo largo de los años.

En resumen, “Shalom Jerusalén” como promesa a los judíos abarca la esperanza de un retorno físico y espiritual a la ciudad, así como el deseo de paz, armonía y redención. Es una expresión que refleja la profunda conexión entre el pueblo judío y Jerusalén, y la aspiración de un futuro de paz para la ciudad y para el mundo.