(1 Timoteo 4: 8)
8 porque el entrenamiento corporal es levemente beneficioso , pero la piedad es beneficiosa para todas las cosas, ya que es una promesa para la vida presente y también para la venidera.
Me gustaría comprender mejor lo que se entiende por “entrenamiento corporal es solo un poco beneficioso”.
Incluso el mundo secular enfatiza los beneficios del ejercicio físico, consulte el siguiente artículo del sitio web de Harvard Health Publishing:
“…. El ejercicio reduce los niveles de las hormonas del estrés del cuerpo, como la adrenalina y el cortisol. También estimula la producción de endorfinas, sustancias químicas en el cerebro que son los analgésicos naturales del cuerpo y elevadores del estado de ánimo. Las endorfinas son responsables de la” euforia del corredor “y por las sensaciones de relajación y optimismo que acompañan a muchos entrenamientos duros…”
¿Fueron estos tipos de efectos físicos algunos de los beneficios que el autor de la carta de 1 Timoteo tenía en mente cuando dijo que “el entrenamiento corporal es sólo un poco beneficioso”?
El hecho de hacer una comparación entre el ejercicio corporal y el espiritual, se debe entender en el contexto puntual de la Epístola. Lo que Pablo le dice al joven Timoteo, talvez observador de las practicas de los jóvenes guerreros romanos o griegos, aunque menos probable de estos últimos, es que hay, en el marco de la fe cristiana, preocupaciones mayores que el sólo hecho de empeñarnos en el aspecto y la condición física, que en sí son beneficiosas, pero que si uno descuida la condición espiritual se vuelven poco provechosas.
Hay una urgencia, una prioridad particular en la vida del creyente, y es ejercitar su condición espiritual. Es decir, su relación con el Señor.