GENESARET

Genesaret (gr. Guenn’sarét, quizá “jardí­n del prí­ncipe”). 1. Tierra (Mat 14:34; Mar 6:53), una planicie fértil en la ribera noroeste del Lago de Genesaret o de Galilea. Josefo la describe como de unos 5,5 km de largo y 3,5 km de ancho (30 x 20 estadios), rica en nogales, palmeras, higueras, olivos y vides. Esta llanura, que está alrededor de Capernaum, más tarde recibió el nombre árabe de el-Ghuweir. Bib.: FJ-GJ iii.10.8. 487 2. Lago (Luk 5:1), otro nombre del Mar de Galilea,* Véase Cineret. Génesis, Libro de. Primer libro del Pentateuco. El tí­tulo en las Biblias hebreas es Berê’shîth, “En el principio”, la palabra inicial del libro. “Génesis”, que significa “nacimiento [generación]” u “origen [principio]”, le fue asignado por los traductores de la LXX a propósito de su contenido. I. Autor. Desde tiempos antiguos los eruditos judí­os y cristianos, en forma persistente, lo atribuyeron a Moisés. Pero a mediados del s XVIII d.C. la alta crí­tica comenzó su ataque a la autenticidad de las Escrituras como revelación divina e historia confiable de la antigüedad y, en consecuencia, planteó el punto de vista de que Génesis era una colección de documentos, escritos en diversos momentos por diferentes autores, que más tarde fueron combinados en su forma actual por tino o más redactores. Esta suposición se basaba en la conjetura de que el uso de diferentes nombres de Dios en las diversas secciones -‘EIôhîm, “Dios”, y Yahweh, “Jehová” o “Señor”-era una indicación de que hubo autores diferentes, y de que la autorí­a de un pasaje dado se podí­a determinar por el nombre que usaban. Sin embargo, un estudio cuidadoso de las versiones antiguas, como la LXX y, más recientemente, de los Rollos del Mar Muerto, reveló en forma concluyente que los antiguos eruditos hebreos usaban esos nombres en forma intercambiable, con lo que la distinción imaginaria que establecí­an los crí­ticos no tiene validez. Por otra parte, si bien el libro era tildado como mito y leyenda, una serie de notables descubrimientos arqueológicos, realizados en el último siglo, demostraron en forma definitiva la historicidad de pasajes tras pasajes puestos en duda. Entre estos podemos citar los que se refieren a los hititas (heteos) y a los filisteos, y al uso del hierro y de los camellos en la época patriarcal. La sección del libro que trata de Egipto muestra una familiaridad notable con ese paí­s, su lengua y sus costumbres. Los relatos sucesivos son, en todo sentido, exactos- por lo que se conoce hoy de la época patriarcal-, según las evidencias obtenidas de los descubrimientos arqueológicos. II. Tema. El libro fue escrito con el objeto de ilustrar al pueblo hebreo de su elevado destino y conservar, para todas las generaciones futuras, un informe confiable de la historia, sagrada anterior a su escritura, especí­ficamente en lo relacionado con la forma como Dios trata a los que le son fieles. Contiene el único informe auténtico y confiable de la creación, de la historia del mundo antediluviano y del diluvio. Cuenta del origen del hombre, de la entrada del pecado, de la promesa de la salvación, y de las primeras etapas de la historia que preparó el camino para el cumplimiento posterior de aquella promesa. En suma, contiene el registro de la historia sagrada desde el 1er, dí­a de la semana de la creación hasta la muerte de José en Egipto. III. Bosquejo. El libro se divide en 4 lógicas secciones principales: 1. Desde la creación hasta el diluvio, y la población de la tierra después del diluvio (Gen 1:1-11:26). 2. Los patriarcas Abrahán e Isaac (11:27-26:35). 3. El patriarca Jacob (cps 27-36). 4. José (cps 37-50). IV. Contenido. Los cps 1 y 2 describen la creación de este planeta y su transformación desde el estado en que se encontraba, “desordenada y vací­a” (1:2), hasta su perfecta adaptación para constituir el hogar de seres humanos. Se presta una atención muy particular al establecimiento del 1er, hogar y la observancia del 1er sábado. El cp 3 describe la caí­da del hombre, señala sus resultados y presenta la 1ª promesa de salvación. Los cps 4 y 5 relatan el asesinato de Abel y la historia de los descendientes de Adán durante el perí­odo prediluvial. Los cps 6-9 son un relato de la destrucción del mundo antediluviano por un diluvio y de los medios que Dios usa para conservar la vida humana y animal, también un breve informe de la experiencia de Noé y sus hijos después de ese cataclismo universal. Los cps 10 y 11 registran cómo los descendientes de Adán poblaron la tierra. En la 2ª división del libro el personaje central es Abrahán. Dios llama al patriarca y a sus descendientes para que sean sus representantes escogidos sobre la tierra, y los guí­a hasta la tierra de Canaán (Gen 11:27-12:9). Después de muchos años de peregrinación, con sus vicisitudes, Abrahán recibe el hijo prometido, Isaac, quien es el heredero de las promesas del pacto (12:10-25:18). Respecto de Isaac se guarda un silencio relativo, como un personaje mucho menos fuerte que su ilustre padre (25:19-26:35). Su principal función parece ser la de un eslabón entre Abrahán y Jacob. La 3ª sección relata cómo Jacob recibe la primogenitura por engaño, por lo que debe huir a Harán, donde crí­a una familia grande y acumula considerable riqueza (Gen_27-30). Finalmente regresa a Canaán y peregrina de un lugar a otro según lo requieren las circunstancias (cps 31-35). El cp 36 enumera los descendientes de Esaú. La 4ª división trata de José, su personaje 488 principal en los últimos 14 capí­tulos del libro. En el cp 37 explica cómo José llega a Egipto, y los cps 39 y 40 cuentan sus primeras experiencias en ese paí­s. Los cps 41-47 relatan acerca del hambre en Canaán y las circunstancias mediante las cuales Jacob y sus hijos emigran a Egipto y se establecen allí­. Los cps 48 y 49 registran las bendiciones que el patriarca Jacob pronuncia sobre sus hijos, y el cp 50 relata su muerte y la de José (véase CBA 1:213-218).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

nombre de una llanura al noroeste del lago del mismo nombre, la cual se extiende paralelamente al lago por unos cinco kilómetros y tiene una anchura de dos kilómetros. En la antigüedad y en tiempos de Jesús era una región muy fértil con un alto número de habitantes y varias ciudades, punto de encuentro de rutas comerciales de Asia Menor y centro pesquero. Actualmente, sólo existe la ciudad de Tiberí­ades, en la orilla occidental del lago, fundada por Herodes Antipas, en el año 19, en honor del emperador romano Tiberio. El lago de G., a 207 metros bajo el nivel del Mediterráneo, tiene 23 km de longitud, una anchura máxima de 13 km y un área de 166 km2. Sus aguas dulces, frí­as y cristalinas, por las que fluye el rí­o Jordán hacia el sur, son ricas en especies piscí­colas, crustáceos y aves. En el A. T. se le llama mar de Kinnéret, Nm 34, 11; Dt 3, 17; Jos 13, 27; Kinerot, en Jos 12, 3; Genesar, en 1 M 11, 67. En el N. T., se le denomina, también, mar de Galilea, Mt 4, 18; y lago de Tiberí­ades, por la ciudad del mismo nombre antes citada, Jn 6, 1.

En esta región y en el lago transcurrió gran parte de la vida pública de Jesús y donde realizó muchos milagros. A orillas del lago llamó a sus primeros discí­pulos, Simón Pedro y Andrés, que eran pescadores, Mt 4, 18-22; Mc 1, 16-20; Lc 5, 1-11. Calmó la tempestad, Mt 8, 23-27; Mc 4, 35-41; Lc 8, 22-25; resucitó a la hija de Jairo, uno de los jefes de la sinagoga, Mc 5, 21-43; Lc 8, 40-56; hizo la multiplicación de los panes, Mt 14, 13-21; 15, 32-39; Mc 6, 30-44; 8, 1-10; Lc 9, 10-17; Jn 6, 1-13; Jesús caminó sobre las aguas del mar, Mt 14, 22-25; Mc 6, 45-52; curó a muchos en tierra de G., Mt 14, 34-36; Mc 6, 53-56; 7, 31-37; después de la resurrección, Jesús se les apareció a sus discí­pulos a orillas del lago Tiberí­ades, Jn 21.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

1. Una llanura que se extiende unos 5 km. a lo largo de la costa noroeste del mar de Galilea, la única tierra fácilmente arable junto al mar de Galilea (Mat 14:34; Mar 6:53).
2. El lago de Genesaret (Luk 5:1), en otras partes de Lucas sencillamente el lago; lo mismo que el mar de Galilea (Mat 4:18; Mat 15:29; Mar 1:16; Mar 7:31; Joh 6:1) o en el AT mar Quinéret (Num 34:11; Jos 12:3).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

El lago de Genesaret lleva en la Biblia distintos nombres. En el AT se le llama varias veces mar de Kinneret, nombre del que evidentemente se formó el griego de Genesaret; el puente lo formó la designación tardojudí­a de †œaguas de Gennesar† (1Ma 11:67) y la denominación †œlago de Gennesar,† corriente en tiempos de Jesús. En el NT se le llama simplemente †œmar de Galilea† y también †œmar (el lago) de Tiberí­ades† (Jua 6:1). El nombre de Kinneret podrí­a derivar del hecho de que tiene forma de arpa (kinnor), si es que el nombre antiguo de Tiberí­ades o de algún otro lugar no le dio nombre al lago.
Datos topográficos: longitud máxima: 21 km; anchura máxima: 12 km; con una anchura media de 8 km; superficie: 170 km2; profundidad media: 42 m; máxima: 48 m; nivel: a 212 m bajo el nivel del Mediterráneo. El lago es probablemente el resto de un gran lago interior que llenaba la gigantesca falla que cruza el territorio de Siria y Palestina de norte a sur.
Por ambas orillas, en sentido longitudinal, se alzan las montañas cerca del lago, dejando en el oeste únicamente espacio para una carretera y algunos pueblos pequeños, con la única excepción que constituye Tiberí­ades, en el centro de la ribera occidental; al este se abren sí­ algunas ensenadas, pero por lo general la montaña, que alcanza hasta 500 m de altitud, se precipita abrupta hasta la misma orilla del lago.
Al norte hay una llanura con algunas ciudades: Cafarnaúm, Betsaida, y más allá se alza en la lejaní­a el Hermón.
El lago es rico en pesca, por lo que tuvo cierta importancia para la alimentación, y no sólo en tiempo de Jesús.
Por su posición bajo el nivel del mar, la temperatura media anual en la caldera del lago es de 25° C, alcanzando en verano los 40° a la sombra. La llanura del noroeste (llanura de Kinneret), es una tierra pantanosa fértil y hoy, con los trabajos de colonización de los israelí­es (higueras, palmeras, y otros árboles frutales), poco a poco va recuperando el aspecto lujuriante con que nos la imaginamos en tiempo de Jesús. La temperatura apenas varí­a el dí­a a la noche, de modo que se puede pernoctar al aire libre, como lo hicieron por ejemplo las multitudes que siguieron a Jesús durante tres dí­as (Mar 8:2).
Las tempestades en el lago las recuerda dos veces el NT al referirse a unos signos de Jesús. Son tempestades, que sobre todo en los meses de marzo a julio, pueden desencadenarse con tanta rapidez que sorprenden a barqueros y pescadores. Los dos milagros de Jesús en el lago se cuentan como milagros de noche; la tempestad calmada es un signo por la tarde. Esos perí­odos de borrasca eran tanto más angustiosos cuando que por las noches apenas si suelen soplar los vientos. El momento más peligroso para las tormentas es el mediodí­a. Son sobre todo los vientos de poniente y del noroeste que llegan del Hermón los que provocan las tempestades repentinas sobre el lago. Esas ráfagas de viento, que †œdescienden† sobre el agua (así­ lo dice también Luc 8:23), a veces pueden percibirse ya con antelación en la altura como un rugido resonante. Todaví­a hoy se puede observar cómo los marineros de barcos de vela escuchan una y otra vez a fin de advertir el peligro de tempestad.
Como los remolinos tormentosos llegan del oeste, la parte más amenazada por el peligro de las tormentas es la oriental. Así­, el lugar de la calma corresponde a la zona de tempestad más peligrosa, pues se viajaba desde la orilla noroeste (a resguardo de las tempestades) hacia el este. Y también el paseo de Jesús sobre el mar encrespado hay que suponerlo en la parte nordeste del lago, puesto que el lugar de la multiplicación de los panes estaba en la ribera oriental y los discí­pulos en su viaje nocturno tomaron la derrota de Betsaida o Cafarnaúm, en la orilla septentrional, con lo que en cualquier caso tení­an de cara el viento del noroeste, perdieron el rumbo y desembarcaron más hacia el oeste, sobre la playa de la llanura.

Fuente: Diccionario de Geografía de la Biblia

(gran jardí­n).

Llanura fértil junto al Mar de Galilea, donde Jesús hizo muchos milagros: (Mat 14:34, Mar 6:53 ).

El Lago de Genesaret, se llama también Mar de Galilea o de Tiberí­ades: (Luc 5:1). Ver “Mar”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(Jardí­n de riquezas). Nombre de lugar en el AT y el NT.

1. Ciudad (Cineret) en la ribera O del lago del mismo nombre. Era una de las †œciudades fortificadas† adjudicadas a la tribu de Neftalí­ en la repartición de la tierra (Jos 19:35).

. Nombre griego del lago de Cineret, o mar de Galilea (Luc 5:1).

. Región o distrito que se extendí­a por la ribera N del lago, una franja de unos 2 km de ancho y 5 km de largo, muy rica en agricultura. Es la †œtierra de G.†, escenario de muchos eventos en la vida de nuestro Señor Jesucristo (Mat 14:34; Mar 6:53).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LLAN

ver, MAR

sit, a1, 479, 275

vet, (La primera sí­laba del nombre es una evidente derivación del heb. “gan”, “vergel”; pudiera ser un compuesto, “gannë sãrîm”, “vergel principesco”). Nombre de una llanura que bordea el lago de su nombre, o mar de Galilea (véase) por el noroeste. Tiene unos 2 Km. de anchura y 5 Km. de longitud norte-sur, llegando cerca de Tell Hum. Tiene algunos manantiales, además de tres arroyos que lo cruzan. Bien irrigado, es sumamente fértil. Josefo da una entusiasta descripción (Guerras 3:10, 8). Al estar cerca de Capernaum, es indudable que el Señor lo recorrió con frecuencia, y que allí­ tuvieron lugar muchos de sus milagros (Mt. 14:34; Mr. 6:53). Su nombre árabe es el Ghuweir.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

DJN
 
Lago de Galilea perteneciente al sistema fluvial del Jordán. Su nombre procede del de una ciudad en sus riberas, citada en el A.T. con el nombre de Kinneret (1 Re 15, 20; Cf. Nm 34, 11; Mac 11, 67), cuyas ruinas estan siendo excavadas en el lugar llamado Tell el-Ureimeh. En sus inmediaciones (Hirbet Miniya) existí­a un poblado en los tiempos del N.T. que se designa como Genesaret (Mt 14, 34; Mc 6, 53). El lago aparece también con otras denominaciones, tales como Mar de Tiberias o Tiberiades (Jn 6, 1; 21, 1) y, sobre todo, Mar de Galilea (Mt 4, 18; 15, 29; Mc 1, 16; 7, 31), que era como debí­a ser comúnmente conocido en la época de Jesús entre la gente de allí­. Lucas, por el contrario, con un sentido geográfico más cientí­fico le designa como Lago de Genesaret (Lc 5, 1), igual que Flavio Josefo, que le llama Lago de Gennesar (Bell. lud. III, 506ss). Tiene una extensión de unos 166 Km.2 en forma de pera invertida. La distancia máxima entre las costas norte y sur es de unos 21 Km., mientras que la del Oeste-Este es de unos 12 Km. Su profundidad máxima alcanza los 45 m. La superficie se halla a 210 m. bajo el nivel del Mediterráneo. El lago, que es de agua dulce, se origina por la desembocadura en él, por el norte, del alto rí­o Jordán. En la ribera sur vuelve a originarse de nuevo el rí­o, que continuará su largo curso hasta su desembocadura final en el Mar Muerto.

El lago de Genesaret y sus riberas constituyeron el escenario donde se desarrolló la mayor parte de la vida pública de Jesús de Nazaret, por lo que resulta obligado precisar aquí­ cuantos datos ayuden a la comprensión del ambiente en que ésta tuvo lugar. El lago es muy rico en pesca, lo que contribuyó notablemente a la pro-moción económica de las ciudades de sus riberas, especialmente en el siglo 1 d. C. Hay hasta 30 especies distintas de pe-ces, que podemos agrupar aquí­ en tres grandes apartados.

1°) Las que pertenecen al orden de los cí­clidos, al que corresponden nuestras percas. Entre estas especies la más des-tacada es el llamado Pez de San Pedro (Tilapia galilaea), de cuerpo alto y ovalado y que incuba sus huevos en la boca. Sus mayores ejemplares pueden llegar a medir hasta 0,50 m. y pesar 2 Kg. Abundan en la zona norte del lago, sobre todo en invierno, en relación con las condiciones especialmente favorables, provocadas por la desembocadura del alto Jordán.

2°) Las especies pertenecientes a la familia de los ciprí­nidos, de cuerpo oval y alargado, algunos de cuyos ejemplares pueden pesar hasta 5 Kg. Destacan el Barbus longiceps y el Barbus canis.

3°) Las de la familia de los silúridos, con el llamado Pez-Gato (Clarius lacera), enorme y muy abundante. Hay otras especies menos significativas, como la pequeña “sardina de Genesaret” (Acanthobrama terrae sanctae). El sistema de pesca empleado en el siglo 1 no era muy diferente del que aún se seguí­a a finales del siglo XIX y principios del XX. Tenemos, en primer lugar, la pesca con anzuelo (Mt 17, 27), bien sirviéndose de una caña, o con un aparejo múltiple; la pesca con esparavel y tresmallo, que se hace lo mismo que la anterior, tanto desde la orilla (Mc 1, 16), como a bordo de una embarcación que gira cerrando el cerco (Mt 4, 21; Mc 1, 19; Lc 5, 4-6; Jn 21, 6-11); y finalmente la red de arrastre que se maneja conjunta-mente desde la orilla y una embarcación (Mt 13, 47-48). En esta red pueden entrar peces buenos y malos, es decir, prohibidos por la ley judaica, como el Clarius la-cera (Mt 13, 47-48; cf. Lev 11, 9-12).

El hecho de que el lago se encuentre en un entorno montañoso, especialmente por el norte, donde el Hermón con su cima nevada de 2.750 m. es visible desde el agua los dí­as despejados, y, sobre todo, la profunda depresión de la superficie de es-te lago, a más de 200 m. por debajo del no lejano Mar Mediterráneo, crea con frecuencia una inestabilidad en el clima, normalmente caluroso y tranquilo, que se traduce en la presencia inesperada de un fuerte viento, que encrespa las olas, las cuales en ocasiones pueden sobrepasar hasta los 2 m. de altura. Estas tormentas repentinas se producen, sobre todo en ve-rano, a la caí­da de la tarde con vientos procedentes de Oeste y no suelen durar mucho tiempo, mientras que en invierno lo pueden hacer con los vientos que bajan de los altos del Golán, menos violentos, pero más duraderos. En el evangelio se describen ambas tormentas, la más vio-lenta y efí­mera del Oeste al atardecer (Mt 8, 23-27; Mc 4, 35-41; Lc 8, 22-25) y la otra más persistente, ya de noche, aun-que la dirección del viento en este caso es dudosa (Mt 14, 24-34; Mc 6, 45-51; Jn 6, 16-21).

En el siglo 1 d. C. el lago de Genesaret constituí­a un núcleo de intensa actividad económica, no sólo por la abundancia de pesca, sino también como ví­a de comunicación y comercio entre paí­ses diversos, como eran Galilea, la Tetrarquí­a de Filipo y la Decápolis. De hecho, en las riberas se levantaban ciudades importantes y puertos, que vamos a describir. En el norte del lago, la zona más rica en pesca, se hallaban las ciudades-puerto de Betsaida, al oriente de la desembocadura del alto Jordán, perteneciente a la tetrarquí­a de Filipo, y Cafarnaúm, al poniente del rí­o, integrada en la Galilea de Antipas. De ellas se habla con amplitud en otros artí­culos de este Diccionario. Un poco apartada de la orilla, y sobre un alto desde el que se divisa el lago, estaba la ciudad galilea de Corozaí­n, a sólo 3 Km. en lí­nea recta de Cafarnaúm. Estas tres ciudades fueron el escenario de la mayor actividad de Jesús durante su vida pública (Mt 11, 21-22; Lc 10, 13-14). Continuando por la ribera occidental hacia el sur, tenemos el ya citado poblado de Genesaret, heredero de la antigua ciudad de su nombre. Aún más al sur y justamente cuando las montañas comienzan a aproximarse a la orilla, se levantaba en primer término la importante ciudad-puerto de Mágdala, conocida en otros textos por el nombre griego de Tariquea, a causa de las fábricas de salazón allí­ existentes, donde se trataba debida-mente el pescado capturado en todo el lago y principalmente en el norte, con objeto de poder ser exportado a distintas ciudades del imperio romano. Las excavaciones arqueológicas allí­ realizadas entre 1971 y 1977 por el Estudio Bí­blico Franciscano de Jerusalén, bajo la dirección de V. Corbo y S. Loffreda, han puesto a la vis-ta una parte céntrica de la ciudad. Fue la patria de un personaje tan importante en la vida de la iglesia primitiva como Marí­a Magdalena (Mt 27, 56 y 61; 28, 1; Mc 15, 40 y 47; 16, 1 y 9; Lc 8, 1; 24,10; Jn 19, 25; 20, 1 y 11-18). Unos 5 Km. más al sur se encontraba junto a la orilla la ciudad de Tiberias, edificada por Herodes Antipas, y convertida en nueva capital del estado autónomo de Galilea precisamente coincidiendo con los años en que se desarrolla la vida pública de Jesús. Ha sido excavada por distintos equipos de arqueólogos israelí­es entré los años 1954 y 1992. Fue una gran ciudad con un importante puerto. Se calcula su número de habitantes en más de 50.000. Aunque en los evangelios su nombre sólo se cite una vez (Jn 6, 23), existí­a la tradición de que Jesús habí­a vivido en ella antes del comienzo de su vida pública, lo que parece muy verosí­mil, teniendo en cuenta que, por entonces y paralizadas las obras en Sepphoris, la nueva ciudad de Tiberias requerí­a mano de obra especializada en construcción. Sabemos por Josefo (Ant. XVIII,2, 3) que Antipas dio grandes facilidades para la inmigración en la ciudad y para la rápida construcción de viviendas. En este contexto es donde encaja la figura de Jesús como constructor (tekton), que hasta entonces habí­a ejercido su profesión en Sepphoris. Junto a Tiberias y casi como un barrio sur de la misma se levantaba la ciudad de Ammathus, célebre por sus aguas termales. Al sur de las riberas del lago no habí­a poblaciones importantes en la época de Jesús, pues Sennabris no lo era y Philoteria habí­a dejado de serlo a pesar de su renombre un par de siglos antes. Más allá de la embocadura del Jordán comenzaba el territorio de la Decápolis, primero el de Gadara, cuya ciudad se hallaba en el interior, en el actual Umm el-Qeis al sur del Yarmuq; después el de Hippos, ciudad situada en Qal’at el Husn, algo más cerca de la orilla, pero también en el interior. Ambas tení­an puertos en el lago, el segundo de los cuales, más conocido, era Gergesa (hoy Kursi), ya mucho más al norte, frente por frente a Mágdala.

Las travesí­as por el lago, expresa-mente consignadas en los evangelios, pa-rece que pueden identificarse de la siguiente manera. La que condujo a Jesús y sus discí­pulos a la región de los “gadarenos” como correctamente escribe Mateo (Mt 8, 28), donde fue curado un endemoniado, partirí­a de Cafarnaúm, a poco de comenzar tendrí­a lugar una tormenta, y, tras atravesar el lago en toda su extensión de norte a sur, conducirí­a a Jesús y los suyos al amanecer cerca de un embarcadero más allá de la embocadura del Jordán. Esta trayectoria parece más verosí­mil que la que suele darse entre los comentaristas, que la suponen de oeste a este, para arribar a Gergesa, término este aparente-mente más próximo al de Gerasa, que citan Marcos (Mc 5, 1) y Lucas (Lc 8, 26) con error evidente, sin duda por contaminación con el de la ciudad de este mismo nombre, una de las más famosas de la Decápolis, pero mucho más lejana y sin territorio propio en las riberas del lago. La segunda travesí­a importante, tras la primera multiplicación de los panes y los pe-ces, debió ser desde un lugar indeterminado en la zona de Betsaida hasta el poblado de Genesaret, es decir, de nordeste a suroeste. El punto de partida está claramente señalado en Lucas (Lc 9, 10), y la travesí­a se corresponde bien con la narración de Juan (Jn 6, 1-25) y hasta con la de Mateo (Mt 14, 23-24). Marcos, sin embargo, utiliza en griego una expresión ambigua, que lo mismo puede traducirse: que iban en la barca, tras la multiplicación, hacia Betsaida, lo que estarí­a en contra-dicción con lo aquí­ expuesto; o que iban a un lugar que está al otro lado, es decir, frente a Betsaida, lo que parece más obvio de acuerdo con el texto (eis to peran pros Bethsaidan) y, desde luego, favorece nuestra interpretación, suponiendo que se dirigí­an desde Betsaida hacia la orilla de acá, es decir, hacia Cafarnaúm y Genesaret (Mc 6, 45-53). La navegación por el lago se realizaba en embarcaciones, cuyas caracterí­sticas hemos podido conocer recientemente a través de la arqueologí­a. Tení­amos el dibujo de una de ellas en un bello mosaico descubierto en el puerto de Tariquea. Ahora contamos con el inestimable hallazgo de una auténtica embarcación, bien datada como de principios del siglo 1 d. C. por el Carbono-14, encontrada entre el fango de la orilla junto al quibutz Ginnosar, a unos 2 Km. al norte de Tariquea-Mágdala. El hallazgo se produjo en 1986. Se trata de una nave de 8,12 m. de eslora por 2,35 de manga, de madera de roble en su esqueleto y cuadernas, y de cedro en su tablazón. Tení­a un mástil para la vela cuadrada, que permití­a la navegación por la fuerza del viento, a la que uní­a el desplazamiento por la fuerza de los remos. En la popa tení­a un pequeño puente para guardar los aparejos de pesca y los sacos que serví­an de lastre. Estas embarcaciones, de las que según Josefo habí­a unas 200 en el lago, eran plurivalentes, siendo utilizadas tanto para pesca, como para el transporte. Solí­an llevar también un pequeño esquife o bote auxiliar, del que nos habla el evangelio (Jn 6, 22). Durante la tempestad que amenazó con hundir la nave en que iba Jesús, éste se hallaba dormido en el castillo de popa, recostada su cabeza en uno de los sacos de arena (Mc 4, 38).

Otros hallazgos complementarios en distintos lugares de la costa han permitido completar el equipo de estas embarcaciones, con los distintos modelos de anclas e incluso con los propios aparejos de pes-ca. También conocemos, a través de las exploraciones arqueológicas, la forma de las ensenadas y embarcaderos en los distintos puertos del lago. -> .

BIBL. — J. GONZíLEZ ECHEGARAY, í­a y Evangelios, 21 ed., Estella 1999; Id., jesús Galilea. Aproximación desde la arqueologí­a, Estella ; NuN, M., Mar de Galilea y sus pescadores en el Nuevo Testamento, Kibutz Ein Guev 1990; WACHSMANN, S. (ed.), Excavations of an Ancient Boat in the Sea of Galilee (Lake Kinneret), Jerusalén 1990.

. González Echegaray
 

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

1. Una pequeña llanura de forma ligeramente triangular que bordeaba la orilla NO. del mar de Galilea, con una extensión aproximada de 5 por 2,5 Km. Jesucristo efectuó curaciones milagrosas en esta región. (Mt 14:34-36; Mr 6:53-56; GRABADO, vol. 2, pág. 739.) Según el historiador judí­o Josefo, esta llanura era una región hermosa, fructí­fera y bien regada, donde crecí­an nogales, palmas y olivos, y donde podí­an hallarse higos y uvas durante diez meses del año. (La Guerra de los Judí­os, libro III, cap. X, sec. 8.)

2. El †œlago de Genesaret† era otro nombre que tení­a el mar de Galilea. (Lu 5:1.) Algunos eruditos creen que probablemente Genesaret sea la forma griega del antiguo nombre hebreo Kinéret. (Nú 34:11; véase GALILEA, MAR DE.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

(Gennesaret)

Este es el nombre dado al Lago de Tiberíades en Lucas 5,1; llamado Gennesar en 1 Macabeos 11,67. (Ver Lago de Tiberíades).

Fuente: “Genesareth.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. 15 Nov. 2012.
http://www.newadvent.org/cathen/06413a.htm

Traducido por Carlos Augusto Claux. rc

Fuente: Enciclopedia Católica