JUAN PABLO II

[041](1920-2005)

Karol Wojtyla nació el 18 de Mayo de 1920, en Wadowice, cerca de Cracovia, ciudad industrial al norte de Polonia. La madre murió cuando el niño contaba nueve años. Su padre era militar. De él dirí­a Juan Pablo II más tarde:”Bastaba su ejemplo para inculcar disciplina y sentido del deber. Era excepciona”.

1. La infancia
Fue buen estudiante, sobre todo en materias literarias. Le gustaban los autores clásicos, griegos y latinos. Sintió singular amor a la filologí­a. En 1938 fue con su padre a vivir a Cracovia para matricularse en la universidad Jaghellonica y estudiar filologí­a polaca.

La ocupación de Polonia por Hitler, el 1 de Septiembre de 1939, alteró sus planes. Tuvo que ponerse a trabajar para evitar la deportación a Alemania. Entró como obrero en una cantera de piedra, dependiente de la fábrica quí­mica llamada Solvay.

Cultivó entonces la lectura, el estudio en particular y el “teatro de la palabra viva”, que consistí­a en recitar textos poéticos en representaciones clandestinas, ya que todo acto público estaba prohibido por los nazis.

Ante la persecución atroz a los judí­os, se dedicó a ayudar a todos los que pudo para que escaparan. Puso con frecuencia en riesgo su propia vida, pero salvó a muchos de la muerte.

A principios de 1941 murió su padre. El dirí­a más tarde: “En la soledad fui tomando conciencia de mi camino. Trabajé en la fábrica y, en la medida en que lo permití­a el terror de la ocupación, cultivé mi afición a las letras y al arte dramático. Surgió entonces mi vocación sacerdotal, como un hecho interior de transparencia indiscutible y absoluta. Al año siguiente sabí­a ya que habí­a sido llamado para ser sacerdote”.

2. Sacerdote
En 1942 ingresó en el seminario clandestino de Cracovia, que funcionaba en la residencia del Arzobispo, luego Cardenal, Adam Stepan Sapieha. No dejó de trabajar como obrero en Solvay al mismo tiempo que estudiaba y se formaba.

El 18 de Enero de 1945 los alemanes abandonaron la ciudad ante la llegada de las tropas soviéticas, con lo cual se cambió la dictadura, pero no llegó la libertad.

El 1 de Noviembre de 1946 fue ordenado sacerdote y enviado a Roma para estudiar Teologí­a en el Angelicum. Dos años más tarde terminó sus estudios y volvió a Cracovia.

Fue destinado a la parroquia de Niegowic, como Vicario. Llevó también la enseñanza de religión en cinco escuelas elementales. Al año fue enviado a la parroquia de San Florián.

Al mismo tiempo, se encargó de la pastoral universitaria de Cracovia.

En 1951, el nuevo Arzobispo de Cracovia, Eugeniusz Baziak, quiso orientarle más hacia la investigación y la docencia. Fue un sacrificio para él. Se mantuvo entregado a la enseñanza de Etica y Teologí­a Moral en la Universidad Católica de Lublí­n. Luego ejerció como docente en la Facultad de Teologí­a de la Universidad Estatal de Cracovia.

3. Obispo
Fue designado Obispo por Pí­o XII y consagrado el 23 de Setiembre de 1958. Fue destinado como Auxiliar a la Diócesis de Cracovia. En 1964 fue elegido titular y la Diócesis quedó elevada a Arquidiócesis por el Papa Pablo VI.

Su labor como Obispo estuvo marcada por su cuidado para con las vocaciones sacerdotales y la atención al clero. Cuidó mucho también los movimientos de los laicos en las tareas pastorales.

En las sesiones del Concilio tuvo participación muy activa, con intervenciones numerosas y como miembro de tres comisiones: Sacramentos y Culto Divino, Clero y Educación Católica. Fue miembro del Comité redactor de la Constitución “Gaudium et spes”.

Nombrado Cardenal por Pablo VI en 1967, inició su “ostpolitik”, o apertura a mejores relaciones con las autoridades comunistas del Estado polaco. Como Cardenal, asumió un importante papel en este diálogo. Armonizó la tolerancia y la fluidez de relaciones, sin renunciar a exigir el máximo respeto a los derechos de la persona humana y al reclamo de la libertad religiosa.

Logró inaugurar una iglesia en Nowa Huta, “ciudad piloto” comunista. Los muros de esta iglesia fueron levantados con dos millones de piedras talladas por los fieles de Cracovia.

En 1975 asistió al III Simposio de Obispos Europeos. Desarrolló la ponencia introductoria: El obispo como servidor de la fe. Ese mismo año dirigió los ejercicios espirituales para Pablo VI y la Curia vaticana. Las pláticas que dio quedaron luego publicadas en el libro “Signo de contradicción”.

Su prestigio como Obispo y Cardenal era enorme para ese momento.

4. Papa
En 1978, el 16 de Octubre, fue elegido en el Cónclave sucesor de Pedro. Escogió los mismos nombres que habí­a tomado su predecesor: Juan Pablo I.

En su primera encí­clica “Redemptor hominis” recogió la explicación del nombre elegido, para continuar el espí­ritu y el programa que su antecesor no habí­a podido desarrollar.

El 22 de Octubre pronunció una bella homilí­a con el titulo de “No tengáis miedo”, como inauguración oficial de su pontificado. Recordó las palabras del último Papa no italiano, Adriano VI, en 1522: “Me han llamado de una tierra distante, distante pero siempre cercana en la comunión de la Fe y Tradición cristianas”.

La personalidad de Juan Pablo II y su estilo fueron eco y sí­ntesis de la fortaleza espiritual de su Polonia natal. Su mente curtida en el estudio y su voluntad fortalecida en el sufrimiento se armonizaron con una gran sensibilidad ante los cambios sociales, polí­ticos e ideológicos del mundo moderno.

Su sentido de lucha se habí­a forjado en el conocimiento desde dentro de los dos totalitarismos que tanto alteraron el siglo XX: el nacismo y el comunismo. Su encí­clica “Evangelium vitae” fue la expresión magisterial de su amor a la vida, que esos sistemas despreciaron.

El 13 de Mayo de 1981, sufrió un extraño atentado de un joven turco, Alí­ Agca, que disparó sobre él en la Plaza de S. Pedro. Salvada su vida de puro milagro y recuperado, aunque debilitado por las heridas, visitó luego a su frustado asesino en una cárcel romana y solicitó su indulto, como gesto de reconciliación y de generoso perdón. Fruto de esta experiencia dolorosa fue su hermosa Carta Apostólica “Salvifici doloris”.

Todo el final del siglo XX y los albores del XXI estuvieron marcados por la recia personalidad de este Papa polaco, sólido, firme e indepediente.

Los primeros años de su pontificado se caracterizaron por la firmeza de sus enseñanzas, por la frecuencia de sus viajes apostólicos, por la apertura de sus criterios ante los problemas de la Iglesia, alterada por los cambios culturales y tecnológicos de final del siglo XX
Sus últimos años, deslucidos en lo fí­sico por su salud debilitada y por su figura envejecida, y sobre todo por la pasividad gerontocrática de una Curia romana y de unos consejeros cercanos que no supieron generar el dinamismo que precisaba una Iglesia en cambio vertiginoso, no lograron eclipsar la eficacia de un pontificado singular e influyente como pocos lo fueron en la Historia de la Iglesia. El mundo entero le lloró el 2 de Abril de 2005 cuando a las 9,35 de la tarde entregó su alma al Creador, mientras en la plaza de S. Pedro miles de jóvenes recitaban plegarias y rezaban el Rosario como gesto de compañí­a al amigo que agonizaba en sus aposentos pontificios.

5. Sus aportaciones
Fueron enormes en lo social y en lo religioso, dentro de la Iglesia y fuera de ella. Señal de su calidad e importancia, fueron siempre las contradictorias valoraciones que hicieron los intelectuales, los sociólogos y los periodistas, que fueron quienes más alabaron o calumniaron su figura.

Sus aportaciones históricas, con todo, fueron indiscutibles.

1. Marcó intensamente la orientación misionera y evangelizadora de la Iglesia, con la cruzada de la “Nueva Evangelización”, que reclamó para los pueblos muy cristianos en otros tiempos, pero envejecidos en la fe. Condenó su entrega al pragmatismo y al hedonismo, causa de esterilidad espiritual actual.

En la Encí­clica “Redemptoris missio” el Papa la definió como ” una nueva sí­ntesis de la enseñanza sobre la evangelización del mundo contemporáneo”.

2. Contribuyó, con su influencia sobre la sociedad polaca, a la desvertebración de los sistemas comunistas de Europa e incluso de la URSS, que desapareció como efecto de la perestroika o apertura democrática de la nueva etapa.

3. Entendió como pocos el valor futuro de las cristiandades de América y de Africa y multiplicó sus viajes a ambos continentes, atento siempre a las convulsiones de estos continentes.

4. Habló con frecuencia de los cambios ideológicos y tecnológicos surgidos en los nuevos tiempos y sembró la Historia reciente de “nuevos criterios”, de “nuevos hechos” y de “nuevos documentos” orientadores de la Iglesia: Derecho Canónico, Reorganización de la Curia Vaticana, Promoción del Sí­nodo de Obispos, Catecismo de la Iglesia Católica y multitud de Encí­clicas, Constituciones y Exhortaciones, Cartas y Breves.

6. Sus Documentos
Juan Pablo II fue singularmente prolí­fico en documentos solemnes y en orientaciones escritas a lo largo de tres decenios de pontificado.

6.1. Encí­clicas
– En la “Redemptor hominis” (1979), anunció su “programa pontificio”. Sobre todo, trató de Jesucristo, “centro del universo y de la historia”, y del hombre, “camino primero y fundamental de la Iglesia”;
– La “Dives in misericordia” (1980), versa sobre la misericordia divina;
– La “Laborem excersens” (1981) analiza el trabajo humano;
– la “Slavorum apostoli” (1985), ensalza la memoria y obra evangelizadora de los santos Cirilo y Metodio;
– la “Dominum et Vivificantem” (1986), presenta el Espí­ritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo;
– la “Redemptoris Mater” (1987) se centra sobre la Bienaventurada Virgen Marí­a en la vida de la Iglesia peregrina;
– la “Sollicitudo rei socialis” (1987), recuerda el XX aniversario de la “Populorum progressio”, sobre el desarrollo de los hombres y de la sociedad;
– la “Redemptoris missio” (1990) recuerda la permanente validez del mandato misionero;
– la “Centesimus annus” (1991) salió en el centenario de la Rerum novarum, y actualizó la doctrina social de la Iglesia católica;
– la “Veritatis splendor” (1993) es una llamada sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral.

– la “Evangelium vitae”, del 25 de Marzo 1995, habla del valor y el carácter inviolable de la vida humana;
– la “Ut unum sint” (1995), reclama la atención sobre el empeño ecuménico;
– la “Fides et ratio”, del 14 de Septiembre de 1998, analiza las relaciones entre fe y razón; 6.2 Exhortaciones apostólicas Fueron numerosas y por lo general amplias y bien sistematizadas:
– “Catechesi tradendae” (1979), sobre la catequesis en nuestro tiempo;
– “Familiaris consortio” (1981), sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual;
– “Reconciliatio et paenitentia”(1984), sobre la reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia hoy;
– “Redemptionis donum”, (1984), sobre la consagración (religiosa), a la luz del misterio de la redención;
– “Christifideles laici” (1988), sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo;
– “Ex corde Ecclesiae” sobre las Universidades Católicas del 15 de agosto de 1990:
– “Pastores dabo vobis” (1992), sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual;
– “Vita consecrata” (1996), sobre la vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo;
– “Divini Amoris Scientia” proclama a Santa Teresa de Lisieux es doctora de la Iglesia Universal
– “Ecclesia in America”, recoge las sugerencias del Sí­nodo de los Obispos de América.

– “Apostólica Redemptionis donum”, sobre la redención.

– “Redemptoris Custos” presenta la figura de San José en la Iglesia como modelo de cristiano comprometido.

6.3. Constituciones Versan sobre los más variados motivos y circunstancias.

– “Sapientia Christiana,” del 15 de Abril de 1979 sobre la cultura.

– “Magnum Matrimonii Sacramentum”, del 7 de Octubre de 1982, sobre el matrimonio.

– “Divinus Perfectionis Magister”, del 25 de Enero de 1983.

– “Sacrae Disciplinae Leges”, del 25 de Enero de 1983, sobre el Código de Derecho Canónico.

– “Pastor Bonus”, de 28 de Junio de 1988, sobre la Pastoral.

– “Ex Corde Ecclesiae”, de 15 de Agosto de 1990 sobre la Iglesia.

– “Fidei Depositum”, del 11 de Octubre de 1992, sobre el Catecismo de la Iglesia Católica.

– “Universi Dominici Gregis”, del 22 de Febrero de 1996, sobre la catolicidad.

– “Ecclesia in Urbe”, del 1 de Enero de 1998, sobre la misión del a Iglesia.

6.4. Cartas apostólicas Las princiopales son:
– “Dominicae coenae” (1980), sobre la festividad del Jueves santo;
– “Salvifici doloris” (1984), sobre el sentido cristiano del sufrimiento humano;
– “Augustinum Hipponensem” (1986), sobre San Agustí­n;
– “Mulieris dignitatem” (1988), sobre la dignidad y la vocación de la mujer;
– “Redemptoris custos” (1989), sobre la figura y la misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia;
– “Tertio millenio adveniente” (1994), preparación del jubileo del año 2000″;
– “Dies Domini” (1998), sobre la santificación del Domingo;
6.5. Otras Cartas
– Carta “Ad tuendam fidem”, con nuevas normas en el Código de Derecho Canónico.

– Carta “Apostolos Suos” sobre el valor teológico y eclesiológico de las conferencias episcopales.

– Carta “Ordinatio sacerdotalis” sobre la ordenación sólo para varones.

– Carta “Orientale Lumen” sobre los cristianos orientales.

– Además diversas cartas de alcance pastoral y exhortativo para diversos colectivos y desde una óptica de sencillez y de cercaní­a: “Carta a las familias, “Carta a los jóvenes, “Carta a los niños” “Carta a los ancianos”, etc.

6.6. Motus propios Sobre diversos asuntos fueron:
– 1977 “Stella Maris” (31 de Enero)
– 1981 “A Deo Instituta” (9 de Mayo)
– 1982 “Tredecim Anni” (6 de Agosto)
– 1985 “Dolentium Hominum” (11 Feb.)
– 1987 “Sollicita Cura” (26 Diciembre)
– 1987 “Quo Civium Iura” (21 Nov.)
– 1988 “Apostolos Suos” (21 de Mayo)
– 1988 “Ecclesia Dei” (2 de Julio)
– 1993 “Europae Orientalis” (15 Enero)
– 1993 “Inde a Pontificatus” (25 Marzo)
– 1994 “Sede Apostólica” (30 Sept.)
– 1994 “Socialium Scientiarum” (1 En)
– 1998 “Ad Tuendam Fidem” (18 Mayo)
– 1999 “Proclamación de Copatronas de Europa.” (1 de Octubre) -2000 “Proclamación de Santo Tomás Moro Patrono de Gobernantes (31 de Octubre)

6.7. Otros escritos Juan Pablo II rompió también moldes con otras expresiones escritas y de estilos. Así­ por ejemplo consintió en la publicación de un libro: “Cruzando el umbral de la esperanza”, traducido a múltiples idiomas. Es libro entrevista cuyas páginas dan a conocer la mente y el corazón de un hombre atento a los hechos del mundo.

Es un fino análisis en forma periodí­stica, sobre una directa revelación de su universo religioso e intelectual y, en consecuencia, de una clave de lectura e interpretación de todo su magisterio. Otro libro fue “Don y Misterio” autobiográfico, con ocasión de la celebración de su jubileo sacerdotal. En él expresa su pública gratitud a todos aquellos que le ayudaron a acoger la vocación del Señor y a responderle con fidelidad.

7. Valor catequético
La sensibilidad evangelizadora y catequética fue una de sus mejores cualidades, eco de sus año de docencia universitaria y de su pastoral parroquial en medio de un pueblo perseguido y con las escuelas convertidas en centro de adoctrinamiento marxista.

Por otra parte, su habilidad personal para acaparar la atención juvenil en las innumerables veces que, en sus numerosos viajes, quiso tener encuentros de reflexión, plegaria y aclamación, con los estamentos juveniles aclamando el lema pontificio, “totus totius”, llamó siempre la atención de los periodistas, quienes no se explicaban fácilmente su poder de convocatoria, incluso en los últimos años de su vida en los que ya anciano y torpe seguí­a siendo objeto de admiración.

Algunos documentos son sigularmente reveladores de la importancia que este Papa dio a la Catequesis.

6.1. Catechesi Tradendae Fue esta exhortación, de 16 de Octubre de 1979, con sus 73 fragmentos y sus 138 citas y referencias evangélicas, una sí­ntesis del inmediato anterior Sí­nodo de Obispos convocado por su predecesor sobre el tema de la Catequesis, un intento de sistematizar criterios, metodologí­as, consignas y objetivos en la tarea catequética en general.

El documento no superaba las perspectivas de una exhortación, y como tal de una cadena de sugerencias psicológicas, sociológicas y pedagógicas. Pero la magnifica sistematización que se presentó y la amplitud de ámbitos que en el se contemplan (familia, escuela, grupos cristianos, movimientos, además de parroquia) hicieron dar un vuelco de flexibilidad y de apertura a las visiones tradicionales y clericales de la tarea catequética.

6.2. Sus catequesis semanales
El Papa cuidó singularmente las exhortaciones pontificias en sus audiencias públicas y privadas. Desde que asumió su pontificado, ha mantenido las catequesis de los miércoles iniciadas por su predecesor Pablo VI. En ellos ha desarrollado principalmente el contenido del “Credo”. Algunas de esas catequesis, como las que le sirvieron para cerrar el siglo XX con unas serenas reflexiones trinitarias por él recomendada en la Carta Apostólica “Tertio Milenio Adveniens” fueron hermosos modelos de sistemática planificación de la formación del pueblo de Dios.

En torno a cada una de las Personas divinas del Misterio de la Santí­sima Trinidad sus catequesis se detuvieron cada miércoles: 1997 dedicado al Hijo, 1998 al Espí­ritu Santo y 1999 al Padre. Así­ se preparó para celebrar con un gran Jubileo los dos mil años del nacimiento de Jesucristo. Fueron singularmente cautivadoras para las multitudes que acudieron a S. Pedro.

Los mejores discursos proclamados en sus viajes fueron siempre los dirigidos a los jóvenes de cada paí­s, agrupados en concentraciones a veces millonarias.

El millón largo de jóvenes que se agruparon durante dí­as en Roma con motivo del Año Jubilar 2000 de la Redención y el Año Internacional de la Juventud, convocado por la ONU. Fue la máxima expresión de esa singular capacidad de convocatoria.

6.3. Catecismo de la Iglesia católica
En este mismo sentido de la importancia catequéticas, aconteció la publicación del “Catecismo de la Iglesia Católica”, aprobado y presentado por su Constitución “Apostolica fide depositum”, del 11 de Octubre de 1992, a los 14 años de su pontificado.

El Papa llamó a este Catecismo “el mejor don que la Iglesia puede hacer a sus Obispos y a todo el Pueblo de Dios. Es valioso instrumento para la nueva evangelización, donde se compendia toda la doctrina que la Iglesia ha de enseñar”.

6.5. Viajes catequí­sticos
Más de 200 viajes realizó el papa Juan Pablo II, por los que mereció que los periodistas le tildaran de ser un “Papa peregrino”, titulo que ciertamente nunca le desagradó.

En una ocasión dio la explicación e su movilidad: “En nombre de toda la Iglesia, siento imperioso el deber de repetir este grito de san Pablo: Predicar el Evangelio no es para mí­ ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe: Y ay de mi si no predicara el Evangelio).

6.6. Nueva Evangelización
Es el marco de la nueva Catequesis que se pretende instaurar para una juventud que es ciertamente nueva en un mundo nuevo.

Desde el inicio de su pontificado el Papa Juan Pablo II ha estado empeñado en llamar y comprometer a todos en la tarea de una nueva evangelización: “nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión”. Pero él mismo explicó que: “si a partir de la Evangelii nuntiandi se repite la expresión nueva evangelización, eso es solamente en el sentido de los nuevos retos que el mundo contemporáneo plantea a la misión de la Iglesia…

Hay que estudiar a fondo en qué consiste esta Nueva Evangelización, ver su alcance, su contenido doctrinal e implicaciones pastorales; determinar los “métodos” más apropiados para los tiempos en que vivimos; buscar una “expresión” que la acerque más a la vida y a las necesidades de los hombres de hoy, sin que por ello pierda nada de su autenticidad y fidelidad a la doctrina de Jesús y a la tradición de la Iglesia”. (Redemptor missio)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa