RELAMPAGOS

Pertenecen al misterio de Dios, como expresión de majestad y origen de un fuerte pavor cósmico-religioso. Así­ aparecen en la teofaní­a del Sinaí­ (Ex 19,16; 20,18), lo mismo que en la visión de la Mercabá* o carro de Dios en Ez 1,13-14 (cf. también Sal 77,18; 97,4). Por eso resulta normal que los encontremos en el Apocalipsis: ellos brotan del trono de Dios (Ap 4,5) y se desencadenan en el mismo centro del culto (templo, altar), cuando el ángel arroja al suelo el fuego del incensario, iniciando la gran liturgia apocalí­ptica (Ap 8,5). También los encontramos al principio y fin del juicio de Dios, cuando aparece abierta sobre el cielo el arca de la alianza (11,19) y se anuncia la caí­da de Babel (16,18). Al final, en la ciudad del Cordero, cesan los fenómenos duros de terror y Dios muestra su rostro amoroso, como presencia cariñosa (21,3-4) y fuente de luz y agua de vida para los humanos (22,1-5).

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra