TEHOM

(-> Dragón, serpiente). Nombre hebreo que significa “aguas subterráneas”, el caos de las corrientes primitivas de las que según Gn 1,2 brotó la creación. Está etimológicamente relacionado con la palabra acádica Tiatnat*, Diosa madre de las aguas del origen, vencidas por Marduk*, a través de un proceso civilizador violento que marca el surgimiento de la cultura mesopotámica. La palabra Tehom aparece 35 veces en la Biblia hebrea (cf. Gn 7,11; 8,2; Job 28,14; 38,16.30; Sal 42,8; 104,6) y suele traducirse casi siempre como abismo: la inmensidad de las aguas primordiales de las que todo ha brotado. A veces se ha comparado con el Sheol* o con los grandes monstruos de las aguas (Tanní­n*, Leviatán*) e incluso se le ha atribuido un carácter divino personal, co mo si fuera un Dios. No es imposible que el Tehom haya sido divinizado en el entorno de la Biblia, pero en los textos actualmente conservados no tiene un carácter divino, no aparece como í­dolo ni como monstruo que puede personalizarse, sino como expresión poética y simbólica de la hondura misteriosa de la realidad, que no puede comprenderse ni interpretarse en términos puramente racionales. Ciertamente, para la Biblia, el misterio termina identificándose en su origen y sentido más profundo con Dios. Pero la realidad es también misteriosa en su poder abismal. Pues bien, entre los signos de ese poder de la realidad se encuentra el Tehom.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra