Introducción. Un gran segmento del mundo religioso reconoce la aspersión, el derramamiento y la inmersión como formas bíblicas del bautismo en agua. Sin embargo, ¿para qué acción hay autoridad bíblica?
La palabra “bautismo” significa inmersión. Con respecto al sustantivo griego bautizo (bautismo traducido), el Sr. Vine comenta: “El bautismo, que consiste en los procesos de inmersión, sumersión y emergencia (de bapto, sumergir)…” (Expository Dictionary of New Testament Words, vol. I, pág. 96). Por lo tanto, algunas traducciones traducen bautismo por inmersión.
Los ejemplos del bautismo en agua se prestan a la acción de la inmersión. Juan bautizaba en el Jordán “… porque allí había mucha agua”, se nos dice (Juan 3: 23). Se nos informa que “…Jesús, cuando fue bautizado, en seguida subió del agua…” (Mat. 3: 16). ¿Por qué Jesús entró en el agua si solo fue rociado o derramado? Por cierto, ¿cómo se puede rociar o verter a una persona (se puede sumergir a una persona, ver también Hechos 8: 36-39)?
El bautismo es un entierro. Pablo compara el bautismo en agua con la muerte y sepultura de Jesús (Rom. 6: 3-13). Jesús fue sepultado o sumergido en el sepulcro de piedra (Mateo 27:66). Por lo tanto, Pablo escribió: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida” (Rom. 6: 4, ver también Col. 2: 12).
La aspersión y el derramamiento no fueron reconocidos como oficialmente aceptables como la norma hasta alrededor de 1311 d. C. La primera desviación de la inmersión, de la cual tenemos documentación, fue alrededor de 251 d. C. La aspersión y el derramamiento para el bautismo son ajenos a las Escrituras. El rociar y derramar para el bautismo es solo otro ejemplo del hombre agregando a las escrituras (Ap. 22: 18,19). Se autoriza la inmersión.