El propósito de los dones espirituales es promover “el bien común” del cuerpo de Cristo ( 1 Corintios 12:7 ), edificar la iglesia ( 1 Corintios 14:12 ) y prepararnos a cada uno para las “obras de servicio. . . hasta que todos lleguemos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, y seamos maduros, alcanzando toda la medida de la plenitud de Cristo” ( Efesios 4:12–13 ). Cada persona al aceptar el regalo de la salvación a través de Jesucristo recibe el Espíritu Santo en su interior como un sello de salvación ( Efesios 1:12-14 ). Luego, el Espíritu le da a cada creyente ciertos dones de Dios para hacer la obra de Dios ( 1 Corintios 12:4–6 ).
Las Escrituras contienen varios pasajes sobre los dones espirituales: 1 Corintios 12:1–31 , 1 Corintios 14:1–33 , Romanos 12:1–8 , Efesios 4:1–13 , Hebreos 2:3–4 y 1 Pedro 4: 10–11 . No importa cuál sea el don, su propósito es edificar y madurar a la iglesia y glorificar a Dios sirviendo a los demás.
De ninguna manera deben usarse los dones espirituales para llamar la atención sobre uno mismo o para exhibirlos ostentosamente. Esto era parte del problema en la iglesia de Corinto. Los miembros estaban ejerciendo sus dones espirituales para edificarse a sí mismos sin tener en cuenta lo que los demás estaban haciendo ( 1 Corintios 14:4 ), y sus métodos resultaron en caos en el servicio de la iglesia (1 Corintios 14:23 , 27–28 ). Necesitaban recordar que el regalo más grande de todos es el amor ( 1 Corintios 13:13 ). Sin amor, ninguno de los otros dones es provechoso en absoluto ( 1 Corintios 13:1–3 ).
Todos los dones son otorgados por la gracia de Dios a través del Espíritu Santo ( Romanos 12:6 ; 1 Corintios 12:4 ; Hebreos 2:4 ). A diferentes personas se les dan diferentes dones. No todos reciben el mismo regalo ( 1 Corintios 12:4 ). Aquellos dotados con varios dones espirituales están destinados a trabajar juntos como las partes de un cuerpo trabajan juntas ( 1 Corintios 12:12–27 ).). Los dones que Dios da a su pueblo están colocados divinamente para el bien del cuerpo de Cristo ( 1 Corintios 12:27 ).
Los dones que Dios nos da a través de Su Espíritu deben ser usados para Su gloria ( Colosenses 3:17 ). La “manera más excelente” de hacerlo es con amor ( 1 Corintios 12:31b ; 13:1–13 ). Cualquier don usado para ganancia personal o sin amor es como un ruido áspero para Dios y la iglesia. Incluso los dones espirituales más poderosos que se muestran de manera memorable, si se hacen sin amor, no pueden glorificar a Dios.
También debemos cuidar y desarrollar los dones que Dios nos ha dado. Debemos avivar las llamas de cada don espiritual que Dios da ( 1 Timoteo 1:6 ) y darles un buen uso.
Hay varias evaluaciones o pruebas de dones espirituales disponibles, que pueden o no ser útiles en la vida cristiana de uno. Lo más importante es estar sirviendo al Señor en oración. Los dones del Espíritu serán confirmados por el tiempo, la enseñanza y la tutoría.