Referencia: Anatema
Estudio Bíblico sobre el Término Anatema
La palabra “anatema” se encuentra en la Biblia y su definición varía ligeramente según el contexto en el que se utiliza. En general, la palabra “anatema” proviene del griego “anathema” y significa una persona o cosa dedicada a la destrucción o separada de la comunión con Dios.
A continuación, te proporciono algunas definiciones y ejemplos bíblicos del uso de “anatema” en diferentes contextos:
- En el Antiguo Testamento: En el Antiguo Testamento, el término “anatema” se utiliza para describir algo que está bajo una maldición o que se ha consagrado para ser destruido en honor a Dios. Algunos ejemplos incluyen:
- Levítico 27:28-29: Se menciona que algo dedicado como anatema es completamente consagrado al Señor y no puede ser rescatado ni vendido. Es algo “santísimo” para el Señor.
- Josué 6:17-19: En la conquista de Jericó, se ordena que todo el botín de la ciudad sea dedicado como anatema, lo cual significa que está prohibido que alguien se apropie de ello. Todo el botín debe ser consagrado a Dios.
- En el Nuevo Testamento: En el Nuevo Testamento, el término “anatema” se utiliza para describir la maldición o separación de alguien que se aparta de la verdad y del evangelio. Algunos ejemplos incluyen:
- Gálatas 1:8-9: Pablo advierte fuertemente a los gálatas sobre cualquier persona, incluso un ángel, que les enseñe un evangelio diferente al que él les ha predicado. Él declara que esa persona sea anatema.
- 1 Corintios 16:22: Pablo concluye su carta a los corintios diciendo: “Si alguno no ama al Señor, sea anatema. ¡Maranata!” Aquí, se refiere a aquellos que no aman a Jesús como sujetos a maldición y separación de Dios.
En resumen, la palabra “anatema” según la Biblia se refiere a una persona o cosa que está dedicada a la destrucción o separada de la comunión con Dios. En el Antiguo Testamento, se refiere a algo consagrado para ser destruido o dedicado completamente a Dios. En el Nuevo Testamento, se utiliza para describir a aquellos que se apartan de la verdad y del evangelio, siendo sujetos de maldición y separación de Dios.