El Espíritu Santo desempeñó un papel fundamental en la vida de Jesús. Desde su concepción hasta su ministerio público y su muerte en la cruz, el Espíritu Santo estuvo presente en la vida de Jesús.
En primer lugar, el Espíritu Santo fue el agente de la concepción virginal de Jesús. En Lucas 1:35, el ángel Gabriel le dijo a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. Es por tanto gracias al Espíritu Santo que Jesús nació sin pecado.
En segundo lugar, el Espíritu Santo descendió sobre Jesús en su bautismo en el río Jordán. En Mateo 3:16, leemos: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. Este evento marcó el inicio del ministerio público de Jesús y su capacitación para llevar a cabo la obra que el Padre le había encomendado.
En tercer lugar, Jesús fue conducido por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo. Mateo 4:1 dice: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”. El Espíritu Santo fortaleció a Jesús durante su tiempo de tentación y le permitió vencer al diablo.
En cuarto lugar, Jesús habló a menudo acerca del Espíritu Santo y de su papel en la vida de sus seguidores. En Juan 14:16-17, Jesús dijo a sus discípulos: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. Jesús también les prometió que el Espíritu Santo les enseñaría todas las cosas y les recordaría todo lo que él les había dicho (Juan 14:26).
El Espíritu Santo estuvo presente en la vida de Jesús desde su concepción hasta su muerte en la cruz. El Espíritu Santo capacitó a Jesús para llevar a cabo la obra que el Padre le había encomendado, lo fortaleció durante su tiempo de tentación y le permitió enseñar a sus seguidores acerca del papel vital que el Espíritu Santo desempeña en la vida del cristiano.