La verdad es otro atributo del Espíritu Santo. En Juan 14:17, Jesús se refiere al Espíritu Santo como “el Espíritu de verdad”, y en Juan 16:13, Jesús dice que cuando venga el Espíritu Santo, “os guiará a toda la verdad”.
El Espíritu Santo nos revela la verdad de Dios a través de la Escritura y nos ayuda a entenderla y aplicarla en nuestra vida diaria. Además, el Espíritu Santo nos da discernimiento para distinguir entre lo que es verdad y lo que es falso.
En 1 Corintios 2:10-12, Pablo escribe: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”.
El Espíritu Santo nos da la capacidad de entender la verdad de Dios y nos da el discernimiento necesario para reconocer la verdad de la falsedad. Como cristianos, debemos buscar la verdad y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en nuestro conocimiento y aplicación de ella en nuestra vida diaria.