El apóstol Tomás fue uno de los doce discípulos originales de Jesús ( Mateo 10:3 ). A veces se le conoce como “Tomás el incrédulo ”, porque declaró que no creería que Jesús había resucitado hasta que pudiera tocar las heridas de Jesús ( Juan 20:25 ). También es conocido como uno de los primeros misioneros de la iglesia primitiva. Después del día de Pentecostés, el evangelio comenzó a extenderse desde Jerusalén a otras partes del mundo. Según la tradición, Tomás llevó el evangelio de Cristo al subcontinente de la India.
Varios registros históricos y tradiciones indican que Tomás viajó por mar a la India en el año 52 d. C. Más tarde fue martirizado y enterrado allí después de testificar al pueblo indio. La tumba de Santo Tomás se encuentra en Mylapore, India. Un poeta, San Efrén, registró en sus himnos y poesía que Tomás obró milagros en la ciudad india de Edesa. Un calendario eclesiástico sirio tiene una entrada que dice: “3 de julio, Santo Tomás que fue traspasado con una lanza en ‘India’. Su cuerpo está en Urhai (Edessa) habiendo sido llevado allí por el comerciante Khabin”. Una tradición observada por la gente de Edesa honra a Tomás, llamándolo “el Apóstol de la India”. Muchos otros relatos y tradiciones mencionan a Tomás en relación con la India.
Si bien estos relatos y documentos son convincentes, no hay forma de estar absolutamente seguro de que Tomás llevó el evangelio a la India. Con base en el registro bíblico, podemos estar seguros de que Tomás existió como uno de los discípulos de Jesús, que fue un fiel seguidor de Cristo y que proclamó la deidad de Cristo ( Juan 11:16 ; 14:5 ; 20:24– 29). Fuera de eso, no hay manera de estar completamente seguro. Es posible, incluso probable, que Tomás llevara el evangelio a la India—no hay razón por la que no pudiera haberlo hecho—pero no hay forma de estar absolutamente seguro de que las historias extrabíblicas son correctas. Dado que ninguno de los relatos está registrado en la Palabra de Dios autorizada e infalible, algunas de las historias de Tomás pueden estar embellecidas; otros pueden ser enteramente el producto de la leyenda.