Los milagros son un don del Espíritu Santo que se menciona en la Biblia y se ha observado en la historia de la iglesia. Un milagro es una intervención sobrenatural de Dios en el mundo, que va más allá de las leyes naturales y que tiene como objetivo confirmar la palabra de Dios y su obra en la tierra.
En la Biblia, los milagros son mencionados en varios pasajes, como en el Antiguo Testamento, donde se relatan milagros como la apertura del Mar Rojo, la caída de los muros de Jericó, la alimentación de los israelitas en el desierto, entre otros. En el Nuevo Testamento, los milagros son una parte importante del ministerio de Jesús y de los apóstoles. Se registran milagros como la curación de enfermos, la expulsión de demonios, la multiplicación de panes y peces, la calma de la tormenta, entre otros.
En la historia de la iglesia, los milagros también se han observado en diferentes momentos y lugares, como en las vidas de los santos y en los avivamientos. Los milagros pueden ser vistos como una manifestación del poder de Dios y de su amor por su pueblo, y pueden ser una fuente de fe y esperanza para los cristianos. Sin embargo, también es importante tener cuidado de no caer en la búsqueda de milagros como un fin en sí mismo, en lugar de buscar una relación personal con Dios y su voluntad para nuestras vidas.