La profecía es un don del Espíritu Santo que se menciona en varios pasajes de la Biblia. La profecía se refiere a la capacidad que el Espíritu Santo da a algunos cristianos para hablar en el nombre de Dios y para transmitir su mensaje a otros. En términos generales, la profecía puede ser tanto de revelación como de edificación.
La profecía de revelación se refiere a la revelación de conocimiento o información que no se puede conocer de otra manera. En algunos casos, la profecía de revelación puede incluir predicciones futuras. En otros casos, puede revelar secretos del corazón de una persona o dar discernimiento espiritual.
La profecía de edificación, por otro lado, se refiere a la capacidad de la profecía para edificar y alentar a los cristianos. Puede ser un mensaje de aliento, exhortación, corrección o consuelo.
La profecía también puede ser utilizada para anunciar la voluntad de Dios o para llamar a la acción. En la iglesia primitiva, los profetas a menudo daban orientación y dirección para la vida y ministerio de la iglesia.
Se mencionan varios ejemplos de profecía en la Biblia. Por ejemplo, en Hechos 2:17-18 se dice: “En los últimos días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Sí, sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán”. También en 1 Corintios 14, Pablo habla extensamente sobre la importancia de la profecía en la iglesia y cómo debe ser correctamente entendida y aplicada.