Introducción. No sé si su escritor es capaz de dar una respuesta completa en cuanto al resentimiento que algunos tienen por la autoridad. Es evidente, sin embargo, que tal resentimiento es rampante. La rebelión hacia la autoridad se ve en la familia, en nuestras escuelas, hacia el gobierno y en la religión.
Una causa común del resentimiento hacia la autoridad es el egoísmo: haz tu propio cosismo. Lucas registra una parábola relevante dicha por el Señor en Lucas 19:11-28. El “cierto noble” es Jesús (v. 12). Sus “ciudadanos” (los judíos) lo odiaban, se nos dice, y dijeron: “No queremos que este reine sobre nosotros” (v. 14). Jesús dijo: “¿Y por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que os digo?” (Lucas 6: 46). No pocos se resienten de la autoridad porque quieren hacer lo suyo,
Quizás algunos resienten la autoridad porque no se dan cuenta de la necesidad de la autoridad. Piensa cómo sería el mundo sin el respeto básico por la autoridad. El resultado sería un caos total. Debe haber normas, reglas y normas y el reconocimiento de las mismas. En religión, Jesús Posee toda autoridad (Mateo 28:18). Todo lo que hagamos debe ser en el nombre de Jesús o por su autoridad (Col. 3: 17). Debemos probar todas las cosas (1 Tesalonicenses 5:21). La forma de hacerlo es por medio de las escrituras, la doctrina de Cristo (Juan 12:48, 2 Juan 9-11). Se nos prohíbe añadir o quitar de la palabra de Dios (Ap. 22: 18-19, Gá. 1:6-9). Se nos dice expresamente, además, que ni siquiera pensemos por encima de las Escrituras (1 Cor. 4: 6).
Conclusión. En la parábola anterior, Jesús dijo acerca de aquellos que no le permitían reinar (rechazaban su autoridad): “Pero a aquellos mis enemigos, que no querían que yo reinara sobre ellos, tráiganlos acá, y mátenlos delante de mí” (vs. . 27). Debemos aprender a respetar la verdadera autoridad y someternos libremente a ella. A muchos se les dirá que “se vayan” porque cometieron iniquidad (Mat. &: 21-23).