La sala conocida como el Lugar Santísimo era el área más interna y sagrada del antiguo tabernáculo de Moisés y templo de Jerusalén. El Lugar Santísimo fue construido como un cubo perfecto. Contenía únicamente el Arca de la Alianza , el símbolo de la relación especial de Israel con Dios. El Lugar Santísimo solo era accesible al sumo sacerdote israelita. Una vez al año, en Yom Kippur , el Día de la Expiación, al sumo sacerdote se le permitía entrar en el pequeño recinto sin ventanas para quemar incienso y rociar la sangre de un animal sacrificado en el propiciatorio.del Arca. Al hacerlo, el sumo sacerdote expía sus propios pecados y los del pueblo. El Lugar Santísimo estaba separado del resto del tabernáculo/templo por el velo, una cortina enorme y pesada hecha de lino fino e hilo azul, púrpura y escarlata y bordada con querubines de oro.
Dios dijo que Él aparecería en el Lugar Santísimo ( Levítico 16:2 ); de ahí la necesidad del velo. Existe una barrera entre el hombre y Dios. Nadie más que el sumo sacerdote podía acceder a la santidad de Dios, y solo una vez al año. Los “ojos de Dios son muy limpios para ver el mal” ( Habacuc 1:13), y Él no puede tolerar ningún pecado. El velo y los elaborados rituales llevados a cabo por el sacerdote eran un recordatorio de que el hombre no podía entrar descuidada o irreverentemente en la asombrosa presencia de Dios. Antes de que el sumo sacerdote entrara al Lugar Santísimo en el Día de la Expiación, tenía que lavarse, ponerse ropa especial, traer incienso para que el humo cubriera sus ojos de una vista directa de Dios, y traer sangre del sacrificio con él para hacer expiación por los pecados ( Éxodo 28 ; Hebreos 9:7 ).
El significado del Lugar Santísimo para los cristianos se encuentra en los eventos que rodearon la crucifixión de Cristo. Cuando Jesús murió, sucedió algo asombroso: “Cuando Jesús hubo vuelto a clamar a gran voz, entregó el espíritu. En aquel momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” ( Mateo 27:50-51a)). El velo no fue rasgado por la mitad por ningún hombre. Fue un evento sobrenatural hecho por el poder de Dios para hacer un punto muy específico: debido a la muerte de Cristo en la cruz, el hombre ya no estaba separado de Dios. El sistema del templo del Antiguo Testamento quedó obsoleto cuando se ratificó el Nuevo Pacto. Ya no tendríamos que depender de sacerdotes para realizar sacrificios una vez al año en nuestro nombre. El cuerpo de Cristo fue “rasgado” en la cruz, así como el velo fue rasgado en el templo, y ahora tenemos acceso a Dios a través de Jesús: “tenemos confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un nuevo y camino vivo nos ha sido abierto a través del velo, es decir, de su cuerpo” ( Hebreos 10:19-20 ).
El sacrificio único y definitivo de Cristo eliminó la necesidad de los sacrificios anuales, que nunca podrían quitar los pecados ( Hebreos 10:11 ). Esos sacrificios eran simplemente un presagio del sacrificio perfecto que vendría, el del santo Cordero de Dios, inmolado por los pecados del mundo ( Juan 1:29 ). El Lugar Santísimo, la misma presencia de Dios, ahora está abierto a todos los que vienen a Cristo con fe. Donde antes había una imponente barrera custodiada por querubines, Dios ha abierto un camino por la sangre derramada de Su Hijo.