Un espíritu inmundo es simplemente un sinónimo del Nuevo Testamento, un término judío más descriptivo, para un demonio . Los términos espíritu inmundo y demonio parecen ser intercambiables en las Escrituras. No hay una diferencia clara en sus definiciones. Algunas traducciones se refieren a ellos como “espíritus impuros”.
A lo largo del Nuevo Testamento, el término espíritus inmundos ( akathartos en griego) se menciona más de veinte veces. A lo largo de esos pasajes leemos que los espíritus inmundos pueden poseer a las personas y causarles enfermedades y daños ( Mateo 10:1 ; 12:43 ; Marcos 1:26 ; Lucas 4:36 ; 6:18 ;Hechos 5:16 ; 8:7 ), que están buscando a alguien a quien poseer si actualmente no poseen a alguien ( Mateo 12:43 ), que algunos son más inmundos o malos que otros ( Lucas 11:26 ), que los espíritus inmundos pueden interactuar con uno otro ( Marcos 5:1–20 ; Mateo 12:45 ), y que los espíritus inmundos están bajo la autoridad de Dios y deben someterse a Él ( Marcos 1:27 ; 3:11 ; 5:8 , 13 ).
Un espíritu inmundo o demonio es “inmundo” en el sentido de que es inicuo. Los espíritus malignos no solo son malvados en sí mismos, sino que se deleitan en la maldad y promueven la maldad en los humanos. Están espiritualmente contaminados e impuros, y buscan contaminar toda la creación de Dios con su inmundicia. Su naturaleza inmunda y pútrida contrasta directamente con la pureza e incorrupción de la naturaleza del Espíritu Santo. Cuando una persona es contaminada por un espíritu inmundo, se complace en pensamientos y acciones corruptas; cuando una persona está llena del Espíritu Santo, sus pensamientos y acciones son celestiales.
Algunas personas tienen la idea de que los espíritus inmundos o los demonios son humanos muertos que pueden o no haber sido malvados mientras vivían. Sin embargo, sabemos que los espíritus inmundos mencionados en la Biblia no se refieren a los muertos, por varias razones. Primero, a los humanos nunca se les llama “espíritus” cuando la palabra espíritu se usa como un término independiente, sin un posesivo. En las Escrituras, se dice que los hombres tienen un espíritu/alma (diciendo “su espíritu” en Proverbios 25:28 y 1 Corintios 5:5 ), pero a los hombres no se les llama “espíritus”. Otra razón es que, una vez que una persona muere, inmediatamente va a la vida eterna con el Señor o a las tinieblas eternas en el infierno ( Hebreos 9:27 ; 2 Corintios 5:6–8 ; Mateo 25:46 ).). Los espíritus humanos, por lo tanto, no vagan ni pueden vagar por la tierra en sus cuerpos espirituales. Cualquier espíritu inmundo que deambule, residiendo en lugares o personas o interactuando con las personas de cualquier manera, es un ángel caído , un demonio ( Mateo 12:44 ). Todos los espíritus inmundos mencionados en las Escrituras son demonios, y todos los demonios son definitivamente espíritus inmundos, profanos, impuros, malignos condenados a una eternidad en el infierno ( Mateo 25:41 ).