Una oración para mantenerse sereno en medio de la prueba (Filipenses 1:6)

Amado Padre Celestial,

En esta hora de dificultad y prueba, me presento ante Ti con un corazón afligido pero confiado en Tu gracia suficiente. Tu Palabra eterna en Filipenses 1:6 me recuerda la preciosa promesa de que Tú, quien comenzaste la buena obra en mí, la perfeccionarás hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Reconozco, Padre, que muchas veces mi mente se turba y mi espíritu se angustia ante las incertidumbres y desafíos que enfrento. Pero hoy vengo a depositar todas mis cargas a Tus pies, entregándome por completo a Tu voluntad soberana y perfecta.

Concédeme, te ruego, la serenidad que sólo Tú puedes dar. Calma mis temores, aquieta mi alma inquieta y llena mi ser con la paz que sobrepasa todo entendimiento, para que mi corazón y mente sean guardados en Cristo Jesús, según Filipenses 4:7.

Ayúdame a mantener mi mirada fija en Ti, Roca eterna e inamovible de mi salvación. Aunque las tormentas de la vida sacudan mi fe, permíteme descansar en la certeza de Tu amor incondicional y en la fidelidad de Tus promesas eternas.

En los momentos de mayor angustia, que Tu Espíritu Santo more en mí, recordándome que no estoy sola(o), que Tú estás conmigo. Fortalece mi confianza en que, aunque los caminos sean inciertos, Tú vas delante de mí, guiando mis pasos según Tus propósitos eternos.

Gracias, Padre amoroso, porque sé que estás perfeccionando la buena obra que comenzaste en mí. A pesar de las pruebas, permaneceré firme en la esperanza, sabiendo que Tu gracia me basta y que Tu poder se perfecciona en mi debilidad.

En el nombre precioso de Jesús, Tu Hijo amado y mi Salvador, presento esta oración con plena confianza. Amén.