“Oh Dios todopoderoso y compasivo, vengo ante Ti en busca de tu sanación y fortaleza en mi cuerpo. Tú eres el Gran Médico, el que sana todas nuestras enfermedades, como se menciona en Salmo 103:2-3: ‘Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, y sana todas tus dolencias’.
Señor, reconozco que mi salud está en tus manos y que tú eres el dador de vida. En Jeremías 30:17, Tú prometes: ‘Porque yo haré que vuelvas a tener salud, y sanaré tus heridas, dice Jehová’. Te pido que extiendas tu mano sanadora sobre mí y restaures mi salud, según tu voluntad.
También recuerdo las palabras de Santiago 5:14-15, que nos enseñan sobre la importancia de la oración y la unción con aceite en tiempos de enfermedad: ‘¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados’.
Te pido, Dios misericordioso, que me concedas la fuerza para superar esta enfermedad y la sabiduría para cuidar de mi cuerpo. Ayúdame a mantener mi fe y confianza en ti, incluso en medio de las dificultades de la salud.
Encomiendo mi bienestar a tu poder sanador y te agradezco por tu amor y misericordia.
En nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.”