Introducción. Hechos 8:35 dice así: “Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando por la misma escritura, le predicaba a Jesús”. El impulso particular de nuestra pregunta se refiere a “…le predicaron a Jesús”. La situación que ocasionó Hechos 8: 35 . Felipe, el evangelista, se encontró con un hombre de Etiopía que había estado en Jerusalén para adorar y regresaba a casa (vss. 27, 28). Era un hombre religioso y estaba leyendo Isaías 53 (vss. 28, 32, 33). Felipe le preguntó si había entendido lo que leía y el hombre le pidió ayuda (vss. 30, 31). El texto de Isaías 53: 7, 8 se refiere a Jesús. Un examen de Hechos 8: 35.
El texto de Isaías 53 es rico en cuanto a la profecía de la vida y muerte de Jesús – un excelente texto de sermón. Cabe recalcar que mientras el hombre era religioso, estaba en necesidad de salvación. El hombre estaba adorando según la Ley de Moisés, un sistema anticuado (Col. 2: 14). Nuestra adoración debe ser en espíritu y en verdad (Juan 4:24). Predicar a Jesús -así lo hizo Felipe- es necesario (cf. 1 Co 1, 18-31). ¿Qué predicó Felipe al predicar a Cristo? Es obvio que predicar a Cristo involucra Su muerte, sepultura y resurrección, los hechos del evangelio (1 Cor. 15: 1-4). También se infiere correctamente que Felipe predicó las promesas del evangelio y los mandamientos necesarios (cf. Hch 2, 38; 3, 19).
La predicación del evangelio incluía el bautismo.. Muchos admitirán que predicar la muerte y resurrección de Jesús y las promesas del evangelio son parte de predicar a Jesús y, por lo tanto, no deben omitirse. Notemos ahora el versículo treinta y seis. Al predicar a Jesús, el hombre inmediatamente quiso ser bautizado. El bautismo, entonces, también es parte de la predicación de Jesús (uno de los mandamientos, Hechos 10: 47). El bautismo, cuando es precedido por la fe, el arrepentimiento y la confesión, es para la remisión de los pecados (Hechos 2:38; 22:16).