En Gálatas 5:22-23 , Pablo enumera el ” fruto del Espíritu “. “Fruto”, aquí, significa “resultados beneficiosos”, las cosas buenas que provienen de la morada del Espíritu. A medida que el Espíritu Santo obra en nuestras vidas, nuestro carácter cambia. Donde habíamos albergado egoísmo, crueldad, rebeldía y despecho, ahora poseemos amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Todo en la lista refleja el carácter de Dios, y la bondad es algo que se relaciona directamente con la moralidad.
La bondad es virtud y santidad en acción. Da como resultado una vida caracterizada por obras motivadas por la justicia y el deseo de ser una bendición. Es una característica moral de una persona llena del Espíritu. La palabra griega traducida “bondad”, agathosune, se define como “rectitud de corazón y de vida”. Agathosune es bondad para el beneficio de los demás, no bondad simplemente por ser virtuoso.
Alguien con agathosune actuará desinteresadamente en nombre de los demás. Confrontar a alguien por un pecado demuestra bondad. Así como dar a los pobres, proveer para los hijos, visitar a los enfermos, ofrecerse como voluntario para limpiar después de una tormenta y orar por un enemigo. Las expresiones de bondad son tan variadas como creativo es el Espíritu.
La bondad no es una cualidad que podamos fabricar por nuestra cuenta. Santiago 1:17dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”. Esto ciertamente incluye una vida caracterizada por la bondad. Al dejar que el Espíritu Santo nos controle, somos bendecidos con el fruto de la bondad. Cuando otros vean nuestras buenas obras, alabarán a nuestro Padre que está en los cielos ( Mateo 5:16 ).