Se ha debatido mucho acerca de este término, coincidiendo la mayoría en que su significado tiene que ver con el llamado al cristiano a la reflexión. En síntesis, hacer una pausa en el trajín de la vida para ponerse a pensar en los misterios del Señor y como éstos nos afectan positivamente en la vida.
Por la cantidad de veces que aparece en los salmos, se puede concluir que selah fue una palabra coloquial o muy común en la liturgia del Templo. Utilizada frecuentemente para poner en un contexto de recogimiento y de espiritualidad a los participantes de la acción litúrgica.
Su significado preciso es discutido, pero por el lugar en el que aparece el término, es decir, dentro de un contexto de oración y alabanza, se puede presumir que tiene que ver con una exhortación hacia la espiritualidad o hacia alguna actitud que tiene que ver con la relación del oferente con el Señor.
Cambio de nota, pausa, pararse o sentarse, levantar las manos o bajarlas, dejar de tocar o reflexionar, sea como sea, cualquiera que sea su significado, sin duda, siempre será una invitación a relacionarnos con el Señor con suma reverencia y en una actitud de comunidad y adoración.
David ben José